Athletic Club

Athletic Club 1-Cádiz 0: Al borde del infarto

Athletic Club 1-Cádiz 0: Al borde del infarto

El Athletic Club ha obtenido en los últimos instantes tres puntos vitales que, como ocurre…

El Athletic Club ha obtenido en los últimos instantes tres puntos vitales que, como ocurre cuando llegan de manera agonística, debieran tener más valor que el meramente matemático. Han llegado de penalti en el minuto 94 cuando Tiko ha transformado el segundo intento, tras ordenar el colegiado repetir el anterior lanzamiento de Iraola.

Puestos a elegir, había otros titulares perfectamente ajustados a lo presenciado. Por ejemplo ‘El día del árbitro’, ‘Tres goles para ganar 1-0’ ‘Nada de nada’ o también ‘El influjo del miedo’. Finalmente gracias a los tres puntos el equipo sale esta jornada de los puestos de descenso con once finales por delante, sufrimiento largo y que no por anunciado deja de poner a prueba, jornada tras jornada, la fortaleza de cientos de miles de corazones.

Más allá del resultado final resulta costoso encontrar ocasiones reseñables. Los porteros no han tenido que hacer ninguna intervención digna de mención salvo intervenciones a centros rivales o simulacros de disparo. Por parte del Athletic Club Yeste ha creado peligro en el minuto 5 pero el centro no ha sido rematado por poco por Gurpegi. Aduriz ha rematado fuera de cabeza en el minuto 30. y el mismo Aduriz alto desde el borde del área en el minuto 48 y Guerrero, forzado, a las manos de Limia en el minuto 89. ¿Y el Cádiz? Un cabezazo alto de Fleurquín en el minuto 80 ha sido su jugada más peligrosa pese a gozar de superioridad numérica desde los primeros compases del encuentro.

Así ha sucedido y seguro que ha tenido influencia en el desarrollo posterior del choque. Los dos equipos han hecho un juego pobre, demostrando la posición que sus escuadras ocupan en la tabla, pero al mismo nivel ha actuado el colegiado en ‘su’ día, una característica que no ha sido exclusiva del duelo de San Mamés y que le hace a buen seguro ser el centro de todas las miradas.

La segunda cartulina amarilla mostrada a Amorebieta en el minuto 17 se puede decir que ha supuesto el pistoletazo de salida y se ha alargado hasta los instantes finales con fortuna dispar para ambos conjuntos e incidencia incluso en los instantes decisivos. Un suspenso generalizado por lo tanto a los actores de ayer en San Mamés.

Sin embargo, puntos son amores para salir del agujero clasificatorio. Lo bueno es que haya sido sin prácticamente lanzar a puerta. Por el contrario nuestro equipo ha demostrado como es posible ganar un partido en inferioridad numérica, faceta no mostrada hasta el momento y sí enseñada por los rivales.

A medida que avanzaba el segundo tiempo el Cádiz se ha ido apropiando de la posesión del esférico, por lo que Clemente ha optado por intentar dar velocidad al contragolpe y prestancia en el centro del campo. Dañobeitia y Tiko han entrado por Yeste y Urzaiz en el minuto 66, mientras Espárrago cambiaba a Sesma por Estoyanoff en el minuto 68 y daba entrada a Oli en lugar de Medina sin modificar mucho su esquema en el minuto 77. En los últimos instantes, minuto 87, Guerrero ha salido reemplazando a Aduriz, una sustitución que a la postre ha cambiado el rumbo del partido.

El Athletic Club ha demostrado una vez más que el corazón, la garra y la lucha no le han abandonado, virtud que nuestra afición lleva también por bandera pese a las adversidades. En inferioridad numérica ha intentado achuchar sin desmayo y ha forzado un corner ya en tiempo de descuento.
Guerrero ha lanzado el córner muy cerrado, candidato a ser gol olímpico, ha superado al portero, la línea de gol… pero Varela lo ha despejado con la mano. Era gol, pero el vídeo sigue teniendo abandonada a la magia del balompié. De nuevo el penalti, el sufrimiento, la tensión y el fantasma de la anterior cita en San Mamés. El lanzador es… Andoni Iraola. Muy bien engañando al guardameta, pero como ha entrado un jugador de cada equipo el árbitro ha decidido que la alegría era interruptus. La fiesta continuaba con distinto lanzador, Tiko, e igual desenlace: el arquero a un lado el balón a gol por el otro.

Algunos de camino a casa, otros sin querer ni poder mirar. Todos contentos pero al borde del infarto. Si es para bien…