Athletic Club

Capítulo VI: Los ‘cracks’ del Mundial’82

Capítulo VI: Los ‘cracks’ del Mundial’82

En 1982, nuestro campo fue designado como sede oficial del Campeonato del Mundo para acoger…

En 1982, nuestro campo fue designado como sede oficial del Campeonato del Mundo para acoger los tres choques del cabeza de serie Inglaterra en la primera fase.

Meses antes, los pupilos de Ron Greenwood conocieron de primera mano La Catedral en el homenaje a Rojo I (1-1). Kevin Keegan, autor del gol, y Bryan Robson, el principal líder del fútbol inglés en los 80, estuvieron presentes en esa cita y volvieron al remodelado San Mamés en el Mundial junto a Peter Shilton, el defensa Phil Neal, los goleadores Trevor Francis y Paul Mariner, Ray Wilkins y Glenn Hoddle, un centrocampista dotado de una extraordinaria visión de juego. A Keegan, doble Balón de Oro (1978 y 79) con el Hamburgo y un histórico del Liverpool (con el que ganó tres títulos europeos), le vimos también dirigiendo al Newcastle en la UEFA 1994/95. Por su parte, Robson marcó en Bilbao a los 27″ el gol más rápido en la historia de una Copa del Mundo (en 2002 fue superado por el turco Sükür). Se lo hizo a la Francia capitaneada por el actual presidente de la UEFA, Michel Platini, triple Balón de Oro y el mejor futbolista de la historia de su país junto a Zidane. Otro de los ‘aristócratas’ del balón, Alain Giresse, brilló con luz propia en el seno de un equipo que además se presentó en San Mamés con Maxime Bossis, Marius Tresor, Dominique Rocheteau, Jean Tigana y Patrick Battiston, el defensa que estuvo inactivo seis meses con la mandíbula fracturada, los dientes rotos y lesiones en las vértebras por la salvaje entrada del meta alemán Schumacher en la semifinal. Tanto él como Giresse, el más grande de todos los que han pasado por el Girondins de Burdeos, se midieron al Athletic campeón en la primera ronda de la Copa de Europa 1984/85, después de haber ganado la Eurocopa dos meses atrás. Francia ya había avisado del inicio de una era dorada al acabar cuarto en aquel Mundial tras verse superado en la final de consolación por la revelación del torneo, Polonia, que también disputó un amistoso contra los rojiblancos antes de la cita mundialista (1-4), dejando su sello de calidad con jugadores de la talla de Zbigniew Boniek, uno de los ‘buques insignia’ de la intratable Juventus de la época.

Todavía con el eco del triunfo italiano en el Mundial’82, se organizó el VIII Trofeo Villa de Bilbao. En la final, el Athletic sucumbió a los penaltis frente al Atlético Mineiro de Toninho Cerezo, que junto a Zico, Sócrates y Falcao formó uno de los mejores mediocampos de la historia ‘canarinha’, y Eder, un extremo con una potente zurda. El club de Belo Horizonte había eliminado a los penaltis al Hamburgo, que esa temporada iba a convertirse en el rey de Europa ante la Juventus con un gol desde fuera del área de Félix Magath. Otros ilustres que estuvieron en el trofeo bilbaino fueron Horst Hrubesch, apodado ‘La Bestia de los Cabezazos’ por un motivo obvio, y el lateral Manfred Kaltz, todo un todoterreno por la banda derecha. Al año siguiente, el Athletic de Javier Clemente cayó en octavos de la Copa de Europa 83/84 ante el Liverpool, a la postre campeón del torneo, que era el club hegemónico de Inglaterra. Bruce Grobbelaar, el meta que simuló tener miedo haciendo temblar sus piernas en el penalti que falló Graziani (Roma) en la final, el medio Graeme Souness y los delanteros Kenny Dalglish (triple campeón de Europa) y Ian Rush (su gol en San Mamés nos apeó del torneo) eran sus pilares.

En 1985, el Independiente de Buenos Aires, uno de los más prestigiosos de Argentina, fue el rival rojiblanco en el Homenaje al Socio (0-0). Su gran estrella fue Ricardo Bochini, expulsado en San Mamés por doble amonestación. De hecho, una de las calles donde reside el estadio del club para el que jugó casi veinte años, lleva su nombre. En mayo de 1988, San Mamés fue escenario de un compromiso de Euskadi ante el Tottenham Hotspur, en donde brillaba la calidad de Chris Waddle. Y en agosto, el Everton tomó parte en el Homenaje a Sarabia ante el Athletic de Howard Kendall, con quien el club inglés había vivido sus mejores años, incluyendo dos títulos de Liga y una Recopa. Cuatro ‘supervivientes’ de aquella gesta europea disputaron el encuentro de Bilbao: el portero Neville Southall, el jugador que más partidos ha vestido la camiseta de los ‘Toffees’ (751), Peter Reid, Kevin Sheedy y Graeme Sharp. El choque acabó 3-2, idéntico marcador que el que se produjo en noviembre ante la Juventus en la UEFA, con dos goles de Andrinua y otro de Uralde, aunque no sirvió para pasar de ronda. En la escuadra juventina, dirigida por Zoff, ya despuntaba Michael Laudrup y había dos campeones del mundo ya consagrados, el atacante Alessandro Altobelli y el lateral izquierdo Antonio Cabrini.