Capítulo VII: Aquel Milan invencible
El Trofeo Centenario de Pichichi trajo a San Mamés como invitados a muchos de los…
El Trofeo Centenario de Pichichi trajo a San Mamés como invitados a muchos de los grandes futbolistas del cuadro rojinegro, dominador entonces de la Europa futbolística.
En los albores de los años noventa, con motivo del partido de Homenaje al Socio, los primeros invitados de lujo que acudieron a La Catedral fueron el Bayern Munich y el Borussia Dortmund, los dos clubes finalistas de la última Champions League. El equipo muniqués atravesaba un periodo de crisis que en la campaña anterior, la 1991/92, le había llevado a obtener solo cinco puntos más que los que habían descendido en la Bundesliga y, además, en la siguiente temporada los bávaros cayeron eliminados en la segunda ronda de la UEFA ante el Norwich City, el único club inglés que le derrotó en el antiguo Olympiastadion en competiciones oficiales. Pese a todo, el 18 de agosto de 1992 se presentaron en Bilbao futbolistas de la clase del lateral derecho Jorginho, campeón del mundo con Brasil en 1994, así como una serie de ilustres jugadores como el defensa Thomas Helmer y los centrocampistas Mehmet Scholl y Olaf Thon, aunque este último acabó reconvertido a la posición de líbero en el tramo final de su carrera. Un gol de Carlos García bastó para doblegar a aquel conjunto inmerso en plena transición.
Al verano siguiente, el Borussia Dortmund acudió con un plantel que sería el embrión del equipo campeón de la Copa de Europa en 1997. Bajo el liderazgo de Matthias Sammer , el más destacado en el triunfo alemán de la Euro’96 que le valió adjudicarse el Balón de Oro ese mismo año, la expedición ‘borusser’ incluyó al gran capitán Michael Zorc, quien jugó toda su carrera en el club de Dortmund, desde 1981 hasta 1998, al goleador Stephane Chapuisat, único suizo junto a Ciriaco Sforza que sabe lo que es ganar una Champions League, al meta Stefan Klos y al excelente rematador de cabeza Karl Heinz Riedle, autor de los dos primeros goles en la final de la Copa de Europa de 1997 ante la Juventus. En aquel amistoso disputado el 17 de agosto de 1993 en La Catedral, el hermano menor del gran Karl Heinz Rummenigge, Michael, abrió un marcador que concluyó 0-3. Ocho días más tarde, se conmemoró el 80 aniversario de San Mamés con la visita de una entidad con solera como es el Flamengo brasileño, que empató a dos en el amistoso, y en octubre, en un partido de homenaje póstumo al periodista José María Múgica, el Everton de Kendall superó al Athletic de Heynckes (0-2).
Unos meses antes, el 18 de febrero de 1993, con motivo del Trofeo Centenario de Pichichi, el campeonísimo Milan de Berlusconi, a las órdenes de Fabio Capello, accedió a disputar un amistoso en Bilbao. Pese a las significativas ausencias de Van Basten, Gullit, Rijkaard, Papin y los internacionales italianos Maldini, Lentini, Costacurta y Tassotti, la escuadra ‘rossonera’ alineó a futbolistas de la talla de Fernando De Napoli, Stefano Eranio, Daniele Massaro, el croata Zvonimir Boban, Roberto Donadoni, Marco Simone, el brasileño Giováne Elber y sobre todo, el gran capitán Franco Baresi, uno de los mejores líberos de la historia, que tuvo la mala fortuna de marcar en propia puerta en San Mamés. Baresi quiso ceder atrás pero en su trayectoria hacia Sebastiano Rossi, el balón impactó con una bola de papel de aluminio que despistó al meta milanista. El Athletic Club logró la proeza de vencer a la escuadra ‘rossonera’ con sendos goles en los minutos 87′ y 90′, ante el delirio de la entusiasmada afición que llenó La Catedral hasta la bandera. De esta manera, los leones rompieron la fantástica serie de imbatibilidad de los de Capello que sumaban 55 partidos sin perder, incluyendo partidos oficiales y amistosos.
Aquella plantilla rojiblanca estaba dirigida por Heynckes, que en la temporada siguiente dejó el Club tras cumplir su contrato de dos años, y lo hizo clasificándolo para la Copa de la UEFA. Javier Irureta tomó las riendas del equipo y en el torneo europeo, que comenzó con una eliminatoria apretadísima ante el modesto Anorthosis chipriota, se emparejó en dieciseisavos de final con el Newcastle United. Bajo la dirección técnica de Kevin Keegan, las ‘urracas’ se habían convertido en el equipo de moda en Inglaterra al situarse en lo más alto en su Liga. En San Mamés, un gol de Ziganda supuso el pase a la siguiente ronda ante un equipo, cuya figura indiscutible era el internacional inglés Peter Beardsley, que llegó a la cúspide de su carrera en las filas del Liverpool.
En la siguiente eliminatoria, a los leones les tocó en suerte el Parma, que a la postre resultaría ser el vencedor del torneo. En cualquier caso, los italianos, dirigidos por un emergente Nevio Scala, cayeron derrotados en La Catedral (1-0, Ziganda) con un once en el que destacaban el argentino Néstor Sensini, Dino Baggio, y un mago del balón, Gianfranco Zola, reconocido como uno de los mejores talentos que han surgido en el país transalpino. Zola, que dirige hoy en día al Watford, acabó triunfando en su periplo en el Chelsea (1996-2003) anotando goles impresionantes.
En la siguiente participación europea en la temporada 1997/98, otro conjunto italiano se cruzó en el camino europeo del Athletic Club, la Sampdoria del entrenador César Luis Menotti. Los jugadores de Luis Fernández pasaron el trámite (1-2 en Génova y 2-0 en Bilbao) ante un equipo que presentó caras muy conocidas como el serbio Sinisa Mihajlovic, famoso por su alto porcentaje de goles en los lanzamientos de falta, el argentino Juan Sebastián ‘La Brujita’ Verón y Jürgen Klinsmann, aunque el delantero alemán sólo jugó en el estadio Luigi Ferraris. Posteriormente, el Aston Villa acabó con las ilusiones rojiblancas. Las gradas de San Mamés vieron en acción al meta australiano Mark Bosnich, que un año antes había sido sancionado al realizar un saludo nazi a los espectadores del Tottenham Hotspur, al lateral irlandés Steve Staunton, a los delanteros Stan Collymore y Savo Milosevic, quienes más tarde recalaron en la Liga, y al habilidoso atacante de Trinidad y Tobago, Dwight Yorke, que adquirió fama mundial tras su paso por el Manchester United (1998-2002).