Athletic Club

Athletic 2 Osasuna 0

Athletic 2 Osasuna 0

La difícil y exigente semana ha tenido un final feliz para los intereses del Athletic…

La difícil y exigente semana ha tenido un final feliz para los intereses del Athletic Club al derrotar a Osasuna (2-0) goles de Garmendia y Llorente. Los rojiblancos han sumado cuatro puntos en la competición de Liga después de una racha de cinco derrotas consecutivas y se han clasificado para los octavos de final de Copa. Un poco de tranquilidad, aunque la clasificación diga lo contrario, ya que el puesto de descenso es una triste realidad, sinónimo de que hay que perseverar en la misma línea de trabajo y fe en las propias posibilidades y de que el camino ni empieza ni acaba en unas cuantas jornadas. Para confirmar esta dosis de autoestima no parece ser el Deportivo el mejor rival, pero cada jornada liguera nos enseña las escasas distancias entre la mayoría de los equipos, las muchas sorpresas que se dan y los pequeños detalles que acaban decidiendo numerosos partidos.

Por lo que respecta al importantísimo derbi vivido en San Mamés, señalar que el Athletic Club ha sido netamente superior en la primera mitad y que ha hecho méritos para dejar sino sentenciada, sí al menos bastante encarrilada la contienda. No ha sido así y en la segunda mitad Osasuna ha intentado reaccionar, se ha acercado, aunque sin peligro palpable, y nuestro equipo, esta vez sí, ha hecho de la defensa una virtud que le ha permitido remachar a falta de dos minutos para el final.

Joseba Etxeberria había definido en su comparecencia de esta semana ante la prensa el partido como el del miedo, señalando que el equipo que con menor temor lo encarara y, además, marcara primero, se llevaría el gato de los puntos al agua. Así ha sido. Los rojiblancos han salido más fuertes que su rival, mejor posicionados, atentos a los segundos balones y con velocidad en las transiciones, lo que ha dado muchísimo trabajo, también en las jugadas de estrategia, a una de las zagas menos goleadas.

Para empezar David López ha enviado alto en el minuto 2 de juego y mientras Osasuna intentaba llevar peligro con centros al área, sobre todo desde la derecha, el peligro latente se ha empezado a traducir en opciones serias de gol. La primera al cuarto de hora cuando Javi Martínez ha parecido hurtar un balón de la cabeza de Llorente, pero no ha habido mucho tiempo para lamentaciones, ya que en una buena presión a saque de banda del rival, el balón robado ha terminado en poder de Llorente, éste ha entrado en el área, ha driblado a dos rivales y su chut ha sido repelido por Roberto, pero Garmendia, la “sorpresa” de la alineación local, ha marcado con la derecha. Uno a cero, tempranero para lo que desgraciadamente nos cuesta hacer un gol y, por supuesto, bienvenido.

El Athletic Club ha perseverado en el intento y, la verdad, es que ha tenido opciones para encarrilar la contienda. En el 19 una falta lanzada por David López desde la izquierda del ataque ha terminado en el palo de la meta defendida por Roberto, no se sabe si peinada o no por Llorente. Ahí estaba el bálsamo de la tranquilidad, o seis minutos más tarde cuando un chut de Garmendia se ha ido fuera por poco tras tocar en un defensa. Sin pausa una volea suya que parecía ir fuera la ha enviado Roberto a córner y en la jugada posterior a su saque Cruchaga ha hecho un claro penalti no señalado a Llorente. Unido a esta circunstancia y con el dato objetivo de que cinco jugadores se han ido al descanso con cartulina amarilla, resulta sorprendente que Cruchaga o Flaño no hayan finalizado el partido con tarjeta, aunque fuera simplemente por reiteración en las faltas sobre Llorente, una pesadilla para el rival, aunque no la única. Por cierto Orbaiz y Balenziaga están a una amarilla de la suspensión.

En la recta final de esta primera parte ha descendido el ritmo de juego, muy alto en sus inicios. En el apartado negativo Ustaritz se ha lesionado en su adductor derecho a la media hora de juego y he dejado su plaza a Xabi Etxeita, quien en una semana ha debutado en Copa y también en Liga, en este caso en San Mamés y no ha parecido acusar la presión de tener que estrenarse en un partido del dramatismo que rodeaba al choque ante Osasuna.

En la reanudación, casi sin querer, los fantasmas de anteriores segundas mitades se han despendolado por el abarrotado San Mamés, ya que el inicio no tenía nada que ver con el vivido una hora antes. Sin más cambios en ambos conjuntos, Osasuna ha intentado reaccionar. No lo tenía muy difícil porque en el primer tiempo no ha creado ocasión alguna y en el minuto 49 Pandiani ha rematado flojo y desviado un servicio desde la derecha instantes después de una opción de Vadocz. Poco a poco se ha rehecho nuestro equipo con un centro de Susaeta desde la derecha que Llorente no ha podido rematar en el minuto 53. Al de poco Etxeberria ha reemplazado a Garmendia y Osasuna casi marca en su propia portería tras centro de Susaeta, mientras Vadocz remataba de cabeza fuera en el 59.

A la hora de juego Camacho ha querido volcar el campo sólo hacia la portería de Iraizoz con un doble cambio: Ezquerro (recibido con música de viento en San Mamés) y Kike Sola en lugar de Juanfran y Jokin Esparza, y ha introducido más pólvora en el minuto 80 dando entrada a Portillo por Pandiani. Todo en vano puesto que no ha creado ninguna ocasión hasta el minuto 83 cuando Iraola he desviado de cabeza a córner un centro muy cerrado.

El trabajo defensivo era ya el santo y seña de los rojiblancos, con el hándicap de algunos balones perdidos de manera un tanto inocente en la medular y que lastraban las posibilidad de ganar metros y con ellos dosis de tranquilidad ya que el nerviosismo se trasladaba a la grada y de ahí volvía al campo a la velocidad de la luz. Sobre todo por el cúmulo de precedentes negativos. No ha sucedido así y como sí ocurriera frente al Real Valladolid en la anterior victoria casera, la portería se ha quedado a cero.

Y para rematar la semana el Athletic Club ha marcado un precioso gol en el minuto 89. Iraola ha iniciado su enésima internada por la banda, ha hecho un par de tuyas-mías con Etxeberria y ha metido el balón raso al área. Allí estaba Llorente de espaldas y con una rápida media vuelta ha marcado por raso el gol de la tranquilidad, su tercer tanto en Liga. Merecido premio para el delantero y para el equipo. Buena jugada colectiva que de haber contado entre sus protagonistas a jugadores (y equipo) de mayor relumbrón mediático estaría en los olimpos de los goles de la semana o del mes. Habrá que conformarse con los puntos de oro conseguidos.

Mientras tanto, el reto en el camino de la huida de la quema es ganar el primer partido fuera de casa y el lugar elegido, es el próximo, A Coruña.