Athletic Club

Capítulo I: los pioneros

Capítulo I: los pioneros

A continuación, iniciamos una serie de reportajes para recordar a los principales ‘cracks’ de equipos…

A continuación, iniciamos una serie de reportajes para recordar a los principales ‘cracks’ de equipos que no sean de la Liga, que han pisado alguna vez el césped del viejo San Mamés. En este primer capítulo, citamos a las estrellas que nos visitaron desde su inauguración, en 1913, hasta finales de la década de los 40.

Apenas cuatro meses y medio después de su inauguración, San Mamés acogió a una figura de talla mundial: Imre Schlosser-Lakatos. El ariete húngaro disputó dos amistosos con el potente Ferencvaros de Budapest en enero de 1914, que se saldaron con triunfo foráneo ante la generación de los Pichichi y Belauste (2-5 y 0-2). Schlosser, que por estas latitudes era más conocido por Lakatos, fue siete veces el máximo artillero de Hungría y en cuatro ocasiones se situó en lo más alto del podium europeo con cifras anotadoras hasta entonces desconocidas por los británicos, que eran quienes dominaban en esta faceta.

Cruzando el Atlántico llegó a Bilbao en abril de 1924 la selección de Uruguay para disputar dos amistosos ante el Athletic Club. Los celestes adquirieron después la categoría de ilustres, no en vano lograron la medalla de oro ese mismo año en los Juegos Olímpicos de París, en los siguientes de Amberes y siete de los que vinieron a Bilbao se alzaron con la primera Copa del Mundo, en 1930. Uno de sus goleadores, Pedro Petrone, autor de tres de los cuatro tantos que encajaron los leones (1-2 y 0-2), está considerado como el primer delantero centro moderno de la historia. El otro gol fue obra del medio José Leandro Andrade, la ‘Perla Negra’, el primer gran futbolista negro, que tuvo un final trágico al morir ciego y pobre a los 56 años. El legendario Héctor Scarone también pisó el césped de La Catedral, algo que no le dio tiempo de hacer luego en su corto periplo en el Barcelona. Con la inminente llegada del profesionalismo al fútbol español, ‘El mago’ abandonó el club catalán para asegurar su concurso en los Juegos Olímpicos de 1928 con Uruguay y volver al equipo de sus amores, el Nacional de Montevideo. Con decisiones como ésta, se ganó para siempre el corazón de la afición charrúa.

En diciembre de 1926, el mejor futbolista austriaco de todos los tiempos, Matthias Sindelar, aterrizó en San Mamés con el Wiener Amateur (el antiguo Austria de Viena) para jugar dos partidos. Lo llamaban ‘El Mozart del fútbol’ por su elegancia con el balón en los pies y también se ganó el apodo de ‘Hombre de Papel’ por su extraordinaria habilidad para pasar entre los rivales. Sindelar, que era de origen judío, fue encontrado muerto en su apartamento junto a su novia el 23 de enero de 1939. Los informes oficiales indicaban que la causa fue una inhalación accidental de monóxido de carbono, aunque varias versiones atribuyeron la muerte a militantes nazis que sabotearon el conducto de gas. Otras especulaciones señalaron que Sindelar y su pareja prefirieron el suicidio ante las presiones del régimen nazi.

El 19 de abril de 1931, apenas cinco días después de proclamarse la II República, San Mamés albergó un partido de la selección española contra Italia, que acabó sin goles gracias a las intervenciones del mítico portero Ricardo Zamora. En el bando italiano había otros dos ‘dioses’ del fútbol, uno en el césped, Giuseppe Meazza, y otro en el banco, Vittorio Pozzo, los dos grandes cerebros de la victoria de la ‘Squadra Azzurra’ en los Mundiales de 1934 y 1938. Giuseppe Meazza, que da nombre al estadio del Milan y del Inter desde 1980, casi medio año después de su muerte, protagonizó una graciosa anécdota en la Copa del Mundo de Francia’38 contra Brasil, al marcar un penalti sujetándose los pantalones porque se le estaban cayendo.

Uno de los equipos de moda en los años 40 y 50, el Sporting lisboeta, mantuvo durante largo tiempo su reinado en Portugal apoyado en su inigualable delantera, los ‘Cinco Violines’, porque parecía una perfecta orquesta sobre el terreno de juego. Cuatro de sus componentes (Correia, Vasques, Travassos y Albano) estuvieron en el amistoso del 19 de diciembre de 1948 en San Mamés, que acabó 1-1 (Zarra y Aramberri en propia puerta). Quien no intervino fue Fernando Peyroteo, el jugador con el mejor promedio de goles por partido de la historia de fútbol. Otro de los pesos pesados, el club galo Stade de Reims, venció a los leones por 2-3 en un amistoso celebrado en San Mamés el 4 de mayo de 1949. Aquel día, ambos equipos lucieron brazalete negro en señal de duelo por el fallecimiento de los jugadores de ‘Il Grande Torino’ en un accidente de avión en las afueras de Turín. En el conjunto galo destacaban los hermanos Sinibaldi, Penverne, Flamion y el centrocampista Albert Batteux, que más tarde triunfó como entrenador en ese club, al cual le hizo doble finalista de la Copa de Europa.