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Mismos colores, misma pasión

Mismos colores, misma pasión

Gilena es un pueblo sevillano, al suroeste de una provincia que no ha perdido de vista el sustento que le ofrecen los inmensos campos de olivos.

El Athletic Club se encuentra nada más llegar a Gilena con un calor y cercanía de un municipio que se ha volcado para corresponder un detalle de hace 74 años. Con el presidente rojiblanco Aitor Elizegi a la cabeza, una comitiva del club ha estado en la localidad sevillana en donde el pueblo entero ha querido rendir homenaje al Athletic Club, con pasión y con sus mismos colores.

Junto al alcalde de Gilena, Emilio Gómez, Elizegi ha firmado en el libro de honor del municipio para después ir toda la comitiva al campo Pepe Luna, nombre que adquiere de la persona que peleó hace 74 años por la supervivencia del Gilena CF, hoy presidido por Tete Díaz. Hoy, allí estaban su hija y sus nietos que, aún agradecen, junto a un pueblo entero… el gesto que llegó de 1.000 kilómetros de distancia. Esta es la historia.

Gilena es un pueblo sevillano, al suroeste de una provincia que no ha perdido de vista el sustento que le ofrecen los inmensos campos de olivos, pero que en este caso vive más de la piedra, de la industria que trabaja los áridos, que extrae sobre todo carbonato cálcico y mármol ornamental. Un pueblo que ha visto pasar a íberos, romanos, visigodos y árabes a la búsqueda del particular tesoro de estos parajes. Siglos después, sus canteras naturales aún sirven de gran apoyo económico y laboral a la comarca de la Sierra Sur. El oro líquido y la labor de la piedra ha mantenido activo a esta localidad que también tiene en la cercana Estepa a unos vecinos mundialmente conocidos por sus dulces navideños. El deporte en estos pagos es otra historia. Por ejemplo, los vínculos de Gilena con el fútbol comenzaron allá por 1925, aunque no es de verdad hasta después de la Guerra Civil cuando sus vecinos se ponen manos a la obra para sacar adelante un equipo que represente a todo el pueblo.

Nace entonces el Gilena CF de la mano de un grupo de entusiastas aficionados que en la primera Junta Directiva que conforman, se las ven y se las desean para sacar adelante la entidad. Son tiempos de posguerra, de penuria y escasez y aunque los chavales del pueblo muestran ganas y maneras, no hay detrás el sostén técnico y material que les permita salir adelante. En esa situación de crisis total, el Gilena decide mandar un S.O.S. a los principales clubes de la provincia de Sevilla primero y luego al resto del fútbol andaluz y por último al resto del Estado. A la búsqueda sobre todo de que uno de los grandes clubes de los alrededores se convirtiera en un mecenas desinteresado. Lo suficiente para salir del apuro.

Pero la ayuda no llegaba. Ni de Sevilla, ni de la vecina Málaga, ni de Cádiz, ni de nadie. Días después apareció un cajón de madera en la dirección de la sede del club. Dentro, un amplio surtido de camisetas, pantalones, medias y botas de todas las tallas. Como llovido del cielo había aparecido todo el material necesario y más. ¿Pero de dónde venía aquel amplio surtido de calzones oscuros, camisetas a rayas rojas y blancas y lustrosos borceguíes? El remite del cajón no dejaba lugar a dudas: Bilbao. La respuesta a la llamada de socorro del Gilena no venía de 100 kilómetros a la redonda, sino de 1.000. El Athletic Club fue el único que se animó a resolver el entuerto y se convirtió en protagonista de una historia apenas conocida hoy en día.

Gilena desde entonces no olvida aquel gesto. En agradecimiento, decidió cambiar sus colores y que el rojiblanco luciera para siempre en su escudo y en su indumentaria principal. Los más viejos del lugar aún defienden a capa y espada al equipo bilbaino cuando los más jóvenes confunden esos orígenes con otros que intuyen mucho más cercanos. El Gilena CF de hoy en día que compite en la Regional sevillana y el pueblo de Gilena quieren refrescar ahora ese vínculo. Las paredes del Estadio Municipal Pepe Luna darán cuenta desde ahora de aquella decisión del Athletic Club que cambió la vida de un pequeño pueblo andaluz.