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Fallece Koldo Aguirre, genio y figura

Fallece Koldo Aguirre, genio y figura

El mito del Athletic como futbolista, entrenador y embajador con las peñas deja un legado tremendo en la historia del Club.

Koldo Aguirre Bidaurrazaga, uno de los grandes mitos de la historia del Athletic Club, ha fallecido hoy en Bilbao a los 80 años. El genio de Sondika lo fue todo en la entidad: un magnífico futbolista (dos veces campeón de Copa), un entrenador que rozó el santoral del Club en la campaña 1976-77 con los subcampeonatos de la UEFA (ante la Juventus) y Copa del Rey (Real Betis) y, cuando se le requirió, supo convertirse en un embajador institucional de postín, recorriendo junto a su inseparable Jose Mari Argoitia todas las peñas de la península. Haciendo Athletic por aquí y allá. Inolvidable. Deja un legado tremendo. El funeral por Koldo Aguirre será mañana viernes 5 de julio, a las 18:00 en la iglesia de San Pedro de Deusto.

Hablamos de uno de los centrocampistas con más talento que han vestido la zamarra rojiblanca. Su personalidad le permitió jugar como un veterano con 18 años el partido con mayor eco de la historia del Athletic Club, la final copera de 1958 ante el Real Madrid de Di Stéfano. Aquel 0-2 de los Once Aldeanos, en cuya alineación se coló Aguirre con 18 añitos y ocho partidos como león, fue en realidad su gran bautismo como futbolista. Recientemente, el 2 de mayo, recogió en Ibaigane, sacando fuerzas de flaqueza y en silla de ruedas, un brazalete como homenaje a los supervivientes de aquella gesta. Quedan Etura, Mauri, Uribe y Carmelo, a quien marcó nada menos que cuatro goles en los segundos 45 minutos de un partido fuera ante el Espanyol en el que el Athletic perdía 3-0. Andoni Cedrún no quiso dar un beso a su tío Koldo por lo que había hecho a su padre.

Fue partícipe de una escena inolvidable en la visita del Athletic a Anfield en la Copa de la UEFA de la temporada 1966-67 en la que, siendo capitán los leones, pasaron de ronda gracias al sorteo que se hizo para el desempate. Koldo Aguirre, entre restándose méritos y la socarronería con clase que le acompañaba en vida, aseguró que no llegó a elegir cara o cruz. Encogido de hombros y sin apenas algarabía, sus compañeros apenas supieron de inmediato si habían ganado.

Después de 296 partidos y 64 goles, se marchó a colgar las botas al Sabadell, donde apenas disputó tres encuentros. Lo hizo más que nada para esquivar el sufrimiento familiar por la leucemia de su hermano pequeño, Iñaki, captado por el Real Madrid. “Estaba cansado de mentir por su estado a mi madre, yo era el único que lo sabía”, confesó con el tiempo. Así, puso fin a una carrera que empezó de niño en el Sondika y prosiguió en el Getxo juvenil.

Tenía tal visión de fútbol que notó que podía triunfar en los banquillos. Pasó por el Erandio, Villosa y Alavés antes de recalar en Lezama. Hizo cuarto al Bilbao Athletic en la temporada 1975-76 y con Jose Antonio Eguidazu, entonces presidente, promocionó al primer equipo. Era el momento álgido de la llamada Operación Retorno, con jugadores que fueron claves en esa campaña como Churruca, Irureta y Lasa, que llegaron de Sporting, Atlético y Granada.

Aquel Athletic jugaba como la seda al fútbol y se fue cargando gracias a sus exhibiciones en San Mamés a Ujpest Dozsa (5-0), Basel (3-1), al AC Milan de Rivera (4-1), al FC Barcelona de Cruyff (2-1 y 2-2 en el Camp Nou) y al Racing White Molenbeek, que en las semifinales le hizo sudar para defender un empate sin goles que hizo bueno el 1-1 de Bélgica.

La final ante la Juventus se jugó a doble partido, con la vuelta en San Mamés. Después de perder 1-0 en Turín con un gol de Tardelli con el hombro, Bettega adelantó a los italianos (7’) en La Catedral. La remontada parecía imposible, pero llegaron los goles de Irureta (12’) y Carlos (78’), y otro anulado por Linemayer. Zoff nunca se había visto tan enjaulado. El valor del gol en campo contrario y un arbitraje irascible dejó sin su merecido título europeo a aquel Athletic capitaneado por Iribar en el que Rojo I, Churruca e Irureta se hincharon a jugar.

Peor sensación dejó en el cuerpo la final de Copa perdida ante el Betis de su amigo y ex entrenador Rafa Iriondo, después de caer en los penaltis. El Athletic había terminado tercero en Liga. Pudo ser la mejor campaña desde su creación de haber logrado esos dos títulos. En juego, desde luego, pocas se recuerdan así. Hizo otros dos años en el banquillo, con un tercer puesto y un noveno. Pasó por Hércules y Valencia, donde una victoria suya ante el Real Madrid con gol de Tendillo dio el primer título liguero al Athletic de Javier Clemente. Mallorca, Logroñés y Lleida fueron sus destinos antes de regresar a Lezama. No se le cayeron los anillos por entrenar al infantil y luego regresar al Bilbao Athletic 18 años después. El del Barakaldo fue su último banquillo antes de regresar como inolvidable embajador.

“Seguiremos eternamente así, somos distintos y por eso estoy muy satisfecho de haber participado en tantas cosas dentro de este Club”, argumentó hace tres años en una entrevista que reproducimos en vídeo. Un genio hasta la sepultura. Goian bego Koldo!