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La sección ciclista del Athletic Club

La sección ciclista del Athletic Club

En los años 20 del pasado siglo, el club contó con un equipo que llevó el maillot rojiblanco y organizó diferentes competiciones

En sus estatutos fundacionales el Athletic Club tenía por objeto «el fomento y propagación de toda clase de deportes atléticos, y en especial el del conocido con el nombre de Foot-ball. Debido a esto, el Athletic contó con otras secciones deportivas, con grupos de atletismo, alpinismo, ciclismo, natación, remo, pelota y jockey. Ninguna de ellas  destacó por su longevidad, todas vieron la luz comenzada la década de 1920, y ninguna sobrevivió a la guerra civil. Pero por su rico palmarés y por el entusiasmo con que fueron acogidas por deportistas y aficionados merecen un lugar en la historia zurigorri.

El 12 de marzo de 1924 a partir de la iniciativa de algunos de sus socios, el Athletic Club inserta en prensa un anuncio por el que “invita para mañana a los ciclistas del club a una reunión que tendrá lugar en los salones de la Sociedad”. Corredores como Domingo Gutiérrez, Eduardo Rubio, Fernando Ibáñez, Ángel Errasti, Adolfo Urrutia, José Arechavaleta, Aurelio Miranda o Marcelino Loroño acuden a la cita. El 13 de marzo de 1924 nace la sección ciclista del Athletic Club.

Y nace con fuerza, pues como verdadero éxito para los ciclistas del maillot rojiblanco del Athletic, se puede considerar este primer año de 1924. Participaron en las pruebas más importantes del territorio entre las que destacan el campeonato de Bizkaia, el de España y la 1ª edición de la Vuelta al País Vasco. En cuanto a resultados se refiere, se consiguieron victorias en Zumarraga, Tolosa, Gernika, Las Arenas, circuito de Plentzia, 1º Circuito de Getxo… todas citas prestigiosas, algunas de las cuales aún hoy se siguen disputando.

Consolidación de la sección
También a nivel organizativo colaboró el Athletic en esta nueva aventura del ciclismo. A cargo de nuestro club corrió la organización del Campeonato de Bizkaia de 1924. Con la disputa de dicha carrera, el 28 de septiembre, finalizó este primer año ciclista para la entidad.

La temporada de 1925 sirvió para consolidar la sección ciclista del Athletic y el trabajo en los despachos por parte de la Comisión Ciclista del Athletic Club dio sus frutos con la organización de una de las carreras más importantes del calendario vasco: el Gran Premio Vizcaya, En sus dos ediciones, que reunieron a lo más granado del pelotón estatal, se impusieron Demetrio del Val y Ricardo Montero.

En lo meramente competitivo, se participó en numerosas carreras, y el esfuerzo en la carretera por parte de los ciclistas incrementó las vitrinas del Athletic con 9 primeros premios y 7 campeonatos sociales, (Campeonato de Bizkaia, Lekeitio, Amorebieta, Mungia, Eibar, Getxo, Muskiz…).

Un rico palmarés ciclista sin continuidad
Durante el año 1926 continuaron las actuaciones destacadas por parte de nuestros corredores. En cuanto a campeonatos se refiere, en el de España de fondo Domingo Gutiérrez alcanzó el segundo puesto con el mismo tiempo que el vencedor, el guipuzcoano Ricardo Montero. El Campeonato de Bizkaia, en sus modalidades de fondo y velocidad, fue para Cesáreo Sarduy, siendo el bronce en velocidad para otro de los nuestros: Fernando Ibáñez. Las victorias en la III Vuelta a Guipúzcoa (Gutiérrez), en el trofeo social de la Prueba Eibarresa, en el Gran Premio Ayuntamiento de Pamplona, en la Vuelta a las Encartaciones… dan muestra del poderío del equipo del Athletic.

La temporada de 1927 continuó siendo exitosa para los ciclistas rojiblancos, destacando los triunfos de Sarduy, de nuevo campeón de velocidad de Bizkaia y vasco navarro y vencedor en el velódromo de Ibaiondo en carrera de fondo internacional, y de Cepeda, campeón de Bizkaia de fondo.

Pero a pesar de la ilusión que despertaban los ciclistas, la coyuntura no ayudó a la consolidación de un proyecto de tanto peso específico y necesitado de máximos cuidados. A finales de la década de los 20, el Athletic estaba dando pasos acelerados y definitivos hacia la profesionalización del futbolista. Debido a ello, el club centró todos sus recursos económicos exclusivamente en el balón, y dado que el presupuesto de las diferentes secciones deportivas era demasiado grande, se dejaron de financiar las mismas, con lo que fueron perdiendo auge hasta su completa desaparición.

 

* Extracto del artículo publicado por Asier Arrate, director del AC Museoa, en la revista del Athletic Club.