La periodista Sara Estévez dona su archivo a AC Museoa

Sara Estévez Urquijo, prestigiosa pionera del periodismo deportivo, ha donado su archivo personal para que forme parte de los fondos de la colección de Athletic Club Museoa. La entrega del material se ha realizado en presencia del vicepresidente Jon Ruigómez, que agradeció tan generoso gesto en nombre de la institución el gran gesto de la periodista bilbaina, y de Asier Arrate, director del AC Museoa.

Sarita, como popularmente se la conoce, nació el 4 de noviembre de 1925. En 1954, al inaugurarse Radio Juventud de Vizcaya, pasó a formar parte de su plantilla a tiempo parcial manteniendo su trabajo de secretaria de dirección que no abandonó hasta 1972, cuando pudo dedicarse en exclusiva a la radio. Desde el primer día, debido a su condición de socia del Athletic y asidua a San Mamés, se incorporó a la sección de deportes.

Su gran aportación en aquella época fue el programa Stadium, del que fue guionista, redactora y directora. Este programa fue pionero en ofrecer los resultados de todos los partidos de Bizkaia, y opinión, tertulia radiofónica y un comentario crítico, generalmente sobre el Athletic Club, firmado por Maratón. Los oyentes lo desconocían, pero tras las palabras de Maratón, leídas por Paco Blanco, se encontraba Sarita Estévez. Hasta 1973, veinte años después de entrar en la radio, Sara ni firmó sus críticas ni se puso delante de los micrófonos. En cualquier caso, fue tiempo suficiente para el reconocimiento público a Sarita, dado que Stadium, el programa nocturno más escuchado en Bizkaia durante años, se mantuvo en antena hasta 1984.

El archivo personal donado por Sarita está compuesto por material muy diverso que recoge, en cierta manera, su biografía: carnés de prensa y otras acreditaciones, trofeos, premios y regalos obtenidos a lo largo de su trayectoria profesional, publicaciones y documentos personales sobre el Athletic y el fútbol en general, dosieres relacionados con sus programas de Radio Juventud, cintas de audio, fotografías… Tuvo el honor de estar acreditada, muy cerca del palco, en la gloriosa final de Copa que Los Once Aldeanos ganaron al Real Madrid de Di Stéfano en Chamartín en 1958. Un honor que ahora corresponde al Athletic al recibir sus tesoros.