Reconocimiento al embajador Juan Villoro en Aguascalientes

Reconocimiento al embajador Juan Villoro en Aguascalientes

Su esposa, Sofía González, recogió las insignias del 125 aniversario y Athletic Club en lugar del escritor, a quien una odisea en sus vuelos entre Estados Unidos y México impidió llegar al partido ante Necaxa

El Athletic Club reconoció ayer al escritor mexicano Juan Villoro su posición de embajador de julio en el 125 aniversario. Lo hizo con la entrega por parte del presidente, Jon Uriarte, y del director general del Club, Jon Berasategi, de las insignias conmemorativas, y una camiseta en su honor. La escena simbólica se realizó en el Estadio Victoria. Caprichos del destino, un cúmulo de desgracias en sus conexiones de vuelos desde Estados Unidos y México impidió que Villoro llegase a tiempo para el partido ante Necaxa, su club de cuna. Su esposa, Sofía González, fue quien se encargó de recibir los regalos y de dar mil veces las gracias por el bonito detalle. 

La emotiva que había imaginado Juan Villoro, un magnífico escritor y gran aficionado al fútbol, se convirtió en un sueño roto que le costará olvidar. Desde el Athletic Club se le ha emplazado a visitarnos de nuevo a San Mamés, algo a lo que accedió gustosamente. Y es que el mexicano ya se empapó de nuestro espíritu hasta las cachas con motivo del Thinking Football. Una noche en la que además pudo disfrutar del miniconcierto de nuestros futbolistas con su grupo Orsai. Tenía la ilusión de saludarles uno a uno en nuestro hotel de Aguascalientes y vivir el histórico partido del centenario entre los dos clubes rojiblancos que ya dividen su corazón.

Villoro había buscado unas combinaciones de vuelos que le hacían llegar con tiempo de sobra a Aguascalientes, donde el Athletic le había organizado el homenaje. “Crónica de un desastre”, nos escribió con el corazón rasgado el mexicano para hablar de su frustración. Partía el día 18 desde Vermont, donde había impartido unas conferencias en la Universidad de Middlebury. Embarcó para volar a Nueva York para enlazar en Ciudad de México, donde recogería a Sofía para volar juntos a Aguascalientes. Cancelado el viaje por tormenta eléctrica, coordinado con el Athletic, buscó una alternativa Albany-Atlanta-Guadalajara. Llegó sin dormir a Albany y se encontró con el que el vuelo intermedio tenía seis horas de retraso.
Le ofrecieron una alternativa a Detroit, que tomó y de ahí a Ciudad de México y Guadalajara. Sin embargo, por nuevos infortunios en las conexiones, perdió la conexión con la ciudad en la que jugamos contra Chivas. Tras evaluar nuevas opciones y sin la posibilidad de llegar a tiempo, Villoro se quedó en Ciudad de México y quiso que en espíritu y alma su mujer le representara en la emotiva ocasión. Así que Sofía voló sola y sustituyó a su enorme figura. 
“Siento una enorme tristeza por no haber asistido al encuentro con el Necaxa. Lo lamento como un jugador que ha dado todo en la cancha y sin embargo sufrió una amarga derrota. A veces la vida se parece demasiado a un partido injusto”, nos escribió Villoro, eternamente agradecido al Athletic Club y su presidente.