Manu Sarabia, una vida zurigorri

Tras ganar por cuatro a uno en el partido de ida celebrado en San Mamés, el 3 de octubre de 1985, el Athletic Club venció al Besiktas JK por cero a uno en el antiguo estadio Inonu de la capital turca. En un partido disputado a las 14:00, los leones sentenciaron la eliminatoria a la salida de un córner, inusualmente botado por el propio Manu Sarabia, que volvió al gallartino para ajustar la pelota al palo de la portería del conjunto de las águilas. Fue el colofón a un largo y complicado viaje en el que las esposas y novias de los jugadores rojiblancos acompañaron al equipo.

Sarabia, que era uno de los grandes puntales del cuadro rojiblanco, visitó AC Museoa en San Mamés para recordar sus experiencias europeas con el Athletic Club, el club de su vida y por el que profesa devoción. Debutó con el primer equipo en la campaña 1976-1977, en la que el equipo alcanzó las finales de Copa y UEFA, encontrándose con algunos de sus ídolos como Jose Angel Iribar y Txetxu Rojo. Tras una fructífera cesión al Barakaldo CF, Sarabia retornó a la disciplina rojiblanca y fue asentándose en el equipo titular junto a otros jóvenes cachorros. Una transición que fue habilitando la construcción del equipo que ganó los títulos en los años ochenta.

En total, durante once temporadas, Sarabia disputó 383 partidos oficiales con la elástica del Athletic Club en los que anotó 118 tantos. Se despidió de la afición en San Mamés contra el CE Sabadell en primavera de 1988 y, posteriormente, recibió el homenaje del Club en un partido disputado frente al Everton FC inglés en La Catedral. Su legado permanece en la memoria de los aficionados que vieron jugar a un futbolista de inmensa clase y calidad.