Talde berean gaude. Estamos en el mismo equipo

Talde berean gaude. Estamos en el mismo equipo

La filosofía deportiva del Athletic Club cimenta el sentido de pertenencia de la familia athleticzale, que se siente verdaderamente representada por nuestros primeros equipos

El 17 octubre de 2002 nace el primer equipo femenino del Athletic Club. Un equipo que se asienta en lo que nos hace más singulares como Club, nuestra característica diferencial. Jugar con jugadoras nacidas o formadas en Euskal Herria. La defensa de los valores cada vez menos frecuentes en el fútbol, el orgullo por lo propio y por lo nuestro es el pilar del primer equipo femenino, es el pilar del Athletic Club. 

El Club, como institución que no permanece ajena a la realidad social que le rodea, ha visto cómo las sombras del pasado han dado paso a la luz gracias a la lucha por la igualdad de incontables mujeres pioneras.  Una luz que en el Athletic Club se consolidó de manera definitiva con el nacimiento del primer equipo femenino. 

Las cosas han mejorado notablemente en los últimos años, pero todavía nos queda un largo trayecto por recorrer. Camino se hace al andar y cada paso cuenta. El Athletic es un ejemplo de club que apuesta decididamente por el fútbol femenino. Y no podría ser de otra manera considerando el sentido de pertenencia de la familia athleticzale, que se siente verdaderamente representada por nuestros primeros equipos. 

25 mujeres con nombre y apellido compiten al más alto nivel en la Liga F. Un equipo que a lo largo de sus 23 años de historia ha conseguido un palmarés que merece ser recordado: 5 títulos y 3 subcampeonatos de Liga, más 2 subcampeonatos de Copa. Pero, sobre todo, un equipo que nos representa en el campo, peleando en lo alto de la tabla clasificatoria contra rivales cada vez más fuertes, en algunos casos, auténticas selecciones mundiales. 

Porque las mujeres contribuyen a hacer más grande el Athletic Club. 

Porque cuando pensamos en el Athletic Club sólo vemos futbolistas. Cuando pensamos en el Athletic Club, no distinguimos géneros ni apellidos. 

Estamos en el mismo equipo.   

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