Athletic Club - Sevilla FC
Semifinal
Copa

Athletic Club - Sevilla FC

Athletic Club
Athletic Club
30
Sevilla FC
Sevilla FC
  • 4' J.Martínez
  • 34' Llorente
  • 36' Toquero

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

¡ A LA FINAL !

El Athletic Club ha conseguido clasificarse para la final de Copa (3-0, Javi Martínez, Llorente,…

Athletic Club

El Athletic Club ha conseguido clasificarse para la final de Copa (3-0, Javi Martínez, Llorente, Toquero) en una nueva noche mágica donde el aliento de San Mamés ha sido el empujón ideal al juego del equipo. Será su 36ª cita y la oportunidad de lograr la número 25 casi un cuarto de siglo después de la última final, disputada en la temporada 84/85 en Madrid. Ilusión rojiblanca con mayúsculas que ya se desborda en miles de calles y plazas y en miles de localidades lejos incluso de nuestro hábitat. El león fue mucho león e hizo honor a los récords que nos contemplan con la sana intención de ampliar el palmarés: el mejor registro en partido de Copa: Athletic Club 12-Celta 1 (temporada 1946-47), el del jugador con más finales de Copa ganadas (Gainza, con siete), el del jugador con mayor número de finales de Copa disputadas (Gainza y Jose Mari Belauste con 9) y el máximo goleador en la historia de la Copa, Zarra con 81. Gainza también guarda el récord de goleador de Copa en un solo partido, ocho de los doce al Celta mencionados anteriormente, y el del jugador con más partidos de Copa disputados: 99.

El Athletic Club ha dominado el partido de cabo a rabo. Fresco, concentrado, convencido y con ideas claras en la presión, ha sido el único de los dos contendientes que ha comprado todos los boletos para estar en la final. Si además le unimos la impresionante demostración de fidelidad, ganas y constancia de la afición que ha reventado San Mamés y de los que han apoyado antes y durante desde fuera, el desenlace era el mejor de los imaginados. La carne de gallina y la adrenalina han sido una constante en el autobús que transportaba al equipo desde el Hotel Carlton hasta San Mamés, lo vivido y sentido en la Catedral es difícil de describir y las risas mezcladas con lágrimas en el vestuario por los protagonistas directos e indirectos son sensaciones que dejan huella. Además, esta vez ha sido para bien. Para muy bien.

En esta ocasión el Club, sus jugadores, cuerpo técnico y aficionados hemos recibido lo que nos merecemos porque lo hemos trabajado a pulso, cada uno desde su ámbito de actuación. Las finales de Copa y sus circunstancias ya no serán, 24 años más tarde, un cuento de aitites y amamas en los que se trasladaban de generación en generación historias sobre triunfos frente al Real Madrid en su propio Chamartín; colchones vendidos para ir a la final; karate tras no saber digerir Maradona, Schuster y compañía el gol de Endika; o controles en la sierra madrileña para rematar una mala final que nos birló el “manito” Hugo Sánchez. La historia se renovará en boca de las nuevas generaciones a partir del 13 de mayo gracias, como último referente, a lo hecho hoy ante un equipo del potencial del Sevilla. Y les podrán contar con pelos y señales, los medios avanzan una barbaridad, que es el sentimiento Athletic con mayúsculas. Por si fuera poco premio disputar una final, de seguir las cosas en la Liga por la senda de la normalidad en lo que al FC Barcelona se refiere, esto es, que termine la Liga entre los tres primeros, el Athletic Club, sin haber disputado siquiera la final, podría contar con una plaza en la remozada Copa de la UEFA. Un lavado de cara que hizo que el organismo europeo decidiera el año pasado hacer desaparecer la Intertoto,. Tenemos, por lo tanto, ante nosotros dos meses de renovada ilusión antes de dirigirnos a Valencia o a donde se tercie.

Y para conseguirlo el oponente no era a priori el más sencillo. Rival compacto y con experiencia contrastada en competiciones domésticas y continentales, sobre todo a doble partido. Enemigo difícil de batir, no en vano es el que menos goles ha encajado de toda la Primera División y el que más jornadas sin encajar gol alguno lleva en la Liga. Contrario complicado por que desconocíamos la respuesta que un grupo joven podía ofrecer a las toneladas del cóctel de presión e ilusión que hemos ingerido especialmente en el último mes. Más teniendo en cuenta que las mayores decepciones cuando el equipo despegaba llegaron en las dos anteriores semifinales de esta década. Sin embargo, el Athletic Club ha demostrado que sabe competir y ser competitivo, que la filosofía que le caracteriza acarrea dificultades por todos conocidas, pero que deben ser asumidas no como un lastre sino como un elemento aglutinante y dinamizador. Vamos, que trabajando bien se pueden hacer cosas.

La apuesta, decíamos el sábado, era arriesgada y como ocurrió en Gijón, ha salido bien porque el equipo se ha desenvuelto con soltura tras optar por dar el máximo descanso a los jugadores elegidos y eso también ha sido parte del éxito, aunque como decía el técnico en la sala de prensa, a todos componentes de nuestra plantilla les hubiera gustado ser partícipes directos de la gesta.

Con los mencionados precedentes, el Athletic Club ha encarrilado la eliminatoria en un santiamén. Jiménez, entrenador del Sevilla, ha señalado en la sala de prensa que no cree que el aliento de San Mamés haya tenido una influencia negativa en el juego desplegado por su equipo, pero es innegable que lo vivido por ejemplo en el calentamiento, a la hora de cantar el himno y durante el transcurso de la contienda, ha convertido el ambiente en un espectáculo impresionante que ha dejado sin voz hasta a los animosos hinchas procedentes de Sevilla, con los que los aficionados han intercambiado incluso cánticos al final del partido, señal inequívoca del buen ambiente que ha reinado en el campo.
Y por si lo anterior fuera poco, el inicio de partido ha sido a prueba de pesimistas. El Sevilla ha visto desde ya la dificultad de controlar el ritmo del encuentro y, aunque ha alineado un once de fuerza y jugadores de envergadura, el Athletic ha mordido más y mejor. En el minuto 4 David López ha lanzado un saque de falta al área, Llorente ha prolongado de cabeza y Javi Martínez, que venía desde atrás, ha rematado contra el cuerpo de Palop, pero el rechace no se le ha escapado. La locura, episodio primero, y el Athletic ya estaba en la final.

No conforme con ello, el león que metafóricamente Del Nido pronosticaba iba a ser devorado en su integridad, de la melena a la cola para ser más exactos, estaba hambriento y no ha soltado al Sevilla, sino que lo ha ido despedazando a dentelladas. A renglón seguido se han sucedido las jugadas de dos de los tres penaltis solicitados durante el choque. El tercero lo ha pedido Luis Fabiano en la segunda parte, pero como el de Toquero ha dado la impresión de ser exagerado por los intervinientes a la hora de la caída. A Llorente, como suele suceder, sí le han estirado bien de la camiseta en el minuto 12. Mejuto, de la mano de un aseado arbitraje estilo europeo y poco comprometido en los duelos en las alturas, no ha señalado nada en ninguna de las jugadas. Poco después, minuto 13, Orbaiz se ha encontrado con un escaso de ángulo mano a mano ante Palop repelido por el guardameta.

Y como el Athletic va aprendiendo, se ha tomado con un poco más de calma los siguientes minutos, pero sin dejar margen de maniobra a un Sevilla que quería, pero que no podía. El Athletic combinaba a conveniencia los balones largos a Toquero y Llorente con los balones al espacio en banda o los cambios de orientación para dar un repaso a su oponente. Fútbol previsible, puede, pero bien ejecutado y que se le ha atragantado a un Sevilla que se iba a comer todo el león y no ha encontrado manera de hincarle el diente. Además el Athletic tenía una velocidad de la que el Sevilla, anuladas sus bandas, carecía.

El Athletic ha vuelto a lo suyo para finalizar la primera parte, y de qué manera. En el 32 Javi Martínez ha cabeceado alto un centro desde la derecha, pero ha acertado de pleno ciento veinte segundos después. Un buen desmarque de Toquero por la derecha ha terminado en un centro al área despejado hacia el costado izquierdo donde Yeste ha parado, mirado y templado para que Llorente cabeceara de manera inapelable del 2-0 pese a que ha tocado Palop. Doble alegría y cambio que ya tenía preparado Jiménez: Luis Fabiano por Fazio con retraso de Renato al doble pivote. En vano. Era de lógica y quedó registrado que el choque de Liga no tendría casi nada para comparar con el de Copa y, lo que son las cosas, si el sábado fue Kanouté quien se llevó todos los honores como para quitar el sueño a los vascos, un jugador que abandonó hace cuatro días San Mamés con un regusto amargo, Gaizka Toquero, ha visto recompensado su trabajo stajanovista con el primer gol como rojiblanco en una cita de postín.
Llorente, presente en los tres goles, se ha fabricado una buena jugada en el borde del área y su asistencia ha dejado solo a Toquero frente a Palop y esta vez sí, el mano a mano ha terminado en gol. Y entre metáfora y metáfora, los seguidores del Athletic, tan viscerales como corrosivos, han tirado de sinónimo para saciar el hambre del presidente sevillista, circunstancia que éste ha aceptado con deportividad. El Sevilla no era más que un guiñapo para el león y su opción durante la primera parte y casi único disparo con cierto peligro entre los tres palos en el devenir del partido, se resume en un chut de Navas detenido fácil por Iraizoz. Nuestro cancerbero portaba un uniforme negro en homenaje al mítico Jose Ángel Iribar, salvo las medias rojiblancas por coincidencia con el Sevilla, y en sus botas, además del número 1, lucía la fecha de nacimiento del Chopo, 1 de marzo de 1943. Todo un detalle.

En la segunda mitad el Athletic Club ha leído el partido a la perfección y no ha tirado por la borda el enorme trabajo realizado en la primera. Curiosamente el nerviosismo ha sido mayor en la grada conforme pasaban los minutos, quizá porque la final se tocaba con la yema de los dedos y porque, ante la imposibilidad ya de prórroga alguna, un gol de un rival con mucha pólvora, ponía la clasificación al borde del precipicio. Jiménez ha sacado lo más ofensivo que le quedaba, lo único, obligado por la absurda reglamentación que limita a dieciséis el número de jugadores a convocar en la Copa. Capel ha reemplazado a Adriano, sin más cambio que la espectacularidad de éste a la hora de intentar la internada. Por si las moscas el Athletic ha salido bien puesto y con algo más de espacio y lagunas de precipitación ha conseguido darle trabajo a Palop en los minutos 58 mediante Orbaiz, 66 tras internada de Toquero y 84 cuando sus sustituto ha encarado a Palop. Además Gurpegi ha suplido al exhausto Javi Martínez y Gabilondo a David López.

Sin tapujos a la hora de alejar el cuero y con buena defensa en las jugadas de estrategia, el Athletic ha dejado la lista de los peligros del Sevilla en mera anécdota: una chilena de Renato en el 60, cortada por Ocio y cabezazo fuera junto al poste en el 76. Pese a todo, en el campo nadie se fiaba y la alargada sombra de la calidad visitante amenazaba en San Mamés quizá por aquello de que hasta el rabo todo es toro.
Finalmente el Athletic Club llega a la final con orgullo, buen juego y con todo merecimiento. Fiesta en el campo, en la grada, en el hotel, en todo Bilbao y la ilusión y la esperanza traspasan incluso Bizkaia. Y es que nuestro Athletic ha conseguido que lo que parecía una quimera se haya convertido en una realidad. Nos lo merecíamos. Felicidades a toda la familia rojiblanca por el granito de arena aportado.