CA Osasuna - Athletic Club
Jornada 32
Liga

CA Osasuna - Athletic Club

CA Osasuna
CA Osasuna
12
Athletic Club
Athletic Club
  • 51' Kike Sola
  • Llorente 68'
  • Muniain 89'

UbicaciónReyno de Navarra , Iruñea

Efectiva reacción en el momento más difícil

Osasuna 1 Athletic Club 2El Athletic Club ha vencido a Osasuna por 1-2. Llorente y…

Athletic Club

Osasuna 1 Athletic Club 2


El Athletic Club ha vencido a Osasuna por 1-2. Llorente y Muniain han sido los goleadores, mientras que Sola había abierto anteriormente el marcador. Un triunfo de la casta y la fe en las propias fuerzas en el momento más difícil del partido, ya que nuestro equipo ha tenido que disputar casi toda la segunda mitad en inferioridad numérica. El Athletic Club acaba quinto la jornada cuando solo quedan seis lances para el final y el sábado, en San Mamés, segundo derbi consecutivo, esperemos que con idéntico desenlace favorable. Para la mencionada cita, salvo que se presente y prospere alguna alegación, serán baja por motivos disciplinarios Iraizoz, Castillo, Iturraspe y Muniain.

La contienda ha empezado como para echarse a llorar. La víctima mediática de este duelo, Carlos Gurpegi, había dejado en el limbo de la duda la razón por la que, a su entender, Osasuna no tiene más jugadores navarros en sus filas, algo que por otra parte no se puede fijar por decreto-ley, como el cupo de bizkainos en las del Athletic o el de gipuzkoanos en las de la Real, por poner tres ejemplos cercanos. Era la última pregunta de una rueda de prensa más bien jabonosa para con Osasuna y sus componentes. Vistas las reacciones suscitadas y magnificadas, no es de extrañar que los futbolistas y/o entrenadores acaben acudiendo al tópico aún con más frecuencia, o a la autocensura.

Sea como fuere, no ha habido mucho tiempo para que intentaran hacerle sufrir el escarnio en el anfiteatro del Reyno, ya que al minuto y pico de juego ha sufrido un tremendo choque con la cabeza de Monreal y en el cinco se ha visto abocado a abandonar el césped. Incluso ha tenido que ser trasladado a un centro hospitalario para serle aplicados primero siete y luego cinco puntos más de sutura, aunque ha podido regresar con el equipo y disfrutar de la victoria. La verdad es que en la clínica no se ha perdido nada. Al menos en la primera mitad.

David López ha entrado en su lugar, aunque a nuestro equipo le ha costado un mundo centrarse. Los diez primeros minutos, de hecho, han sido un monólogo local, hasta que Sergio ha visto su primera cartulina de la tarde-noche, circunstancia que ha reducido la fogosidad de Osasuna. Ambos equipos han empezado a apilar ingentes cantidades de desaciertos y el derbi se ha equilibrado en sus miserias.

Osasuna buscaba robar en zonas peligrosas y contragolpear rápido, mientras que los que portaban, parece ser que por última vez en partido oficial, la zamarra blanquiazul, se las veían y deseaban para incordiar a Ricardo. Solo podemos reseñar un lanzamiento de falta de Ekiza peinado por Llorente que ha atrapado el guardameta. Enfrente el balance tampoco ha sido un derroche, con un tiro alto de Camuñas en el minuto 22 y otro raso de Pandiani, atajado por Iraizoz, en el 25. En el apartado de las jugadas polémicas, Kike Sola ha reclamado no estar en fuera de juego cuando encaraba a Iraizoz, lo mismo que Llorente en la segunda mitad cuando se plantaba solo ante Ricardo. Ambos parecían tener razón.

Antes del descanso, reseñar solamente la primera cartulina mostrada a Castillo, que tendrían especial incidencia en la segunda mitad. Un periodo en el que el Athletic ha parecido entrar más puesto al campo, aunque como las desgracias nunca vienen solas, el ciclo temporal se ha repetido, de nuevo en el plano negativo. Ekiza ha debutado en la estadística de amarillas y, a resultas del lanzamiento de la falta, nuestros jugadores no se han entendido a la hora despejar y Sola, a la media vuelta en el minuto 51, ha puesto las cosas cuesta arriba con el 1-0.

Y para probar la capacidad de encaje del Athletic, incluso cuando todo es susceptible de empeorar, el intento de reacción, liderado por un centro cerrado de Castillo que no ha encontrado rematador, se ha visto cercenado de cuajo por la marcha de éste al ver la segunda amarilla, en un lance cuando menos reo de recurso al no estar claro que agarre a Nelson de la camiseta.

Unos instantes antes Susaeta ha reemplazado a Orbaiz, pero la intención final del cambio, en lo táctico, no ha tenido un largo recorrido como para ser comprobada. Los rojillos y qué decir de sus seguidores, se han crecido. Ekiza ha enviado a uno de los postes de la propia portería un intento de despeje y la cosa transcurría entre amagos de oles y los ya cada vez menos recurrentes por manifiestamente inexactos, salvo en dos o tres casos, “que no son de Lezama, que son de Tajonar”, cuando Osasuna alineaba cuatro productos trabajados en su cantera por nueve con label Athletic. Se temía lo peor.

El corazón pedía más madera para intentar rascar algo, pero la cabeza ha aconsejado equilibrar de nuevo el equipo. Por eso San José ha suplido a Toquero. Amorebieta, la principal novedad en el once inicial, ha pasado al lateral izquierdo, Iturraspe se ha retrasado algo, mientras que Susaeta, David López y Muniain han pasado a moverse entre el pivote y el delantero centro.
Si la vía fácil se antojaba colocar más jugadores de corte ofensivo, y mientras Mendilibar introducía a Soriano por Cejudo, la entrada de un nuevo central en el Athletic ha permitido afianzar el equipo y a partir de ahí las cosas han ido cambiando. Los locales han realizado sus peores minutos en superioridad numérica.

Por el contrario el Athletic, con todas sus limitaciones de número y, ayer, de creación, daba la impresión de mejorar prestaciones. No es que se hayan creado infinidad de ocasiones, sino que han sido las justas y las necesarias, tampoco inferiores en número a las del rival. Y precisamente el sacar el balón desde atrás, no sin riesgos, le ha permitido a nuestro equipo igualar la contienda en el minuto 70. San José ha salido con el balón cosido al pie, se lo ha dado a turrase, quien tras otra complicada maniobra se lo ha enviado por banda a David López, cuyo centro lo ha rematado de cabeza Llorente y lo ha hecho al fondo de la red y con el testarazo se han ido, hasta otra, las menciones a la mala racha realizadora.

Osasuna se jugaba muchísimas porciones de la tranquilidad y lo ha intentado, sobre todo con Nelson por la banda derecha, pero se ha topado ya con un conjunto organizado, comprometido y sabedor de lo que también tenía en liza. Coro por Pandiani y, más tarde, Leka por Camuñas han sido los dos desesperados intentos por deshacer la igualada, pero como queda reflejado, el acumular jugadores de ataque no es sinónimo de efectividad. A poco del final, al menos, el colegiado no ha tenido más remedio que expulsar a Sergio, no tras un salto con Llorente, sino a un par de minutos del final después de derribar a Susaeta.

Un fin de fiesta movido, que aún lo iba a ser más tras la expulsión del central local. La lógica apuntaba a la igualada, pero lógica y Athletic, en sus dos caras, no son sinónimos. Ítem más, el Athletic ha demostrado que rendirse no es lo suyo, que pelear en condiciones casi extremas es posible y no resignarse a esa dinámica que hablaba de fiasco cada vez que el rival tenía superioridad numérica. La segunda viene de la mano de la primera, o al menos ayuda, puesto que es imprescindible que a la fe en sus propias posibilidades, a los buenos partidos con o sin resultado favorable, se una también el trozo de tarta necesario que transforme encuentros no aptos para todos los públicos en puntos contantes y sonantes que al final valgan réditos clasificatorios. En su día colocamos el partido de Levante (1-2) como una muestra papable y el de hoy no se diferencia mucho, salvo que en aquella ocasión la victoria se cimentó en la estadística, y esta jornada no.

El empate no era mal premio, también nos ponía quintos, aunque con margen más estrecho. Sin embargo, en el minuto 90, el enemigo público número 1 del momento en exclusiva (Gurpegi estaba en el hospital), y ya con diez para diez en el campo, iba a por un balón de David López al hueco, ayudaba a que Nelson y Ricardo no se entendieran y marcaba con sangre fría a puerta vacía un gol que vale su peso en oro. Hablar de venganza no sería justo, porque Muniain no tiene la culpa de que la masa se distraiga con enemigos externos cuando tiene problemas de mayor calado.

Él se ha dedicado a jugar, si bien en la celebración del tanto, ha bastado que se llevara durante breves instantes la mano a su pabellón auricular para ver una tarjeta que acarrea suspensión. Una decisión curiosa tras estar siendo insultado durante toda la jornada, antes, durante y después de marcar el gol y más curiosa si la comparamos con imágenes archiconocidas de cracks que piden a la grada más gritos en su contra, que la mandan callar o la utilizan como improvisado salón de tiro.

Al final, tal y como sucediera en la primera vuelta ante Osasuna, un gol postrero otorga al Athletic otra porción más para pelear por la clasificación europea, paso que tendrá que ser refrendado el sábado ante la Real en San Mamés. Seguro que nuestro equipo lo hará con los mismos valores que le hacen peligroso hasta el final e intentará, además, que el juego haga más fácil que brille la efectividad.