Athletic Club - Real Madrid
Jornada 27
Liga

Athletic Club - Real Madrid

Athletic Club
Athletic Club
25
Real Madrid
Real Madrid
  • 32' Heinze (p.p.)
  • 45' Llorente
  • Robben 21'
  • Heinze 30'
  • Huntelaar 46'60'

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

Como en los viejos tiempos

Athletic Club 2 Real Madrid 5El Athletic Club ha caído derrotado por 2-5 ante el…

Athletic Club

Athletic Club 2 Real Madrid 5


El Athletic Club ha caído derrotado por 2-5 ante el Real Madrid (Heinze en propia meta y Llorente; Robben, Heinze, Huntelaar -2- e Higuain) en un partido mediatizado por la nefasta actuación arbitral prácticamente desde el pitido inicial. Un duelo en el que los visitantes, sobre todo en la segunda mitad, han aprovechado a la perfección la superioridad numérica, su mayor pegada y su saber estar en el frenopático en el que el trencilla ha conseguido convertir San Mamés con un estilo de dirigir los partidos impropio para colegiados internacionales y con el “así gana el Madrid” como telón de fondo.

Desgraciadamente lo vivido hoy en la Catedral recordaba a los viejos tiempos, algunos todavía en blanco y negro, en los que el Real Madrid sacaba adelante sus partidos con escándalos asociados de orden público. Afortunadamente no ha sucedido así gracias a que la afición de San Mamés, imbuida de un impresionante apego a sus colores y de un sentido común también de considerables dimensiones, se lo ha tomado con ironía y no con estrépito, con resignación y no con ira. Incluso con la atenuante de ahorrarse albal (perfecto) durante y después de la triste actuación de Casillas, ese yerno ideal que muchas madres, decían, querían tener y que, además de mentar a alguna, se ha quitado la careta y es que nadie es perfecto por muy seguro que se sienta. En nuestro caso, ya sabíamos que la sangre fría tampoco abunda, pero es que hoy ni en eso hemos tenido suerte o acierto.

Se puede decir, más allá del ya inapelable 2-5, que ha sido un triunfo anunciado como culminación de esa nebulosa mediática que todo envuelve en los partidos contra los blancos, ese manto lechoso con letras a modo de sopas que convierte al rival en convidado de piedra (si ganas o empatas el Real Madrid ha estado muy mal y si pierdes el Real Madrid es una máquina) y que después del fracaso europeo (¡se quejaban del arbitraje!) había elevado, en distintos modos y formas, el partido a categoría de final de una era para el Real Madrid ¡incluso en lo institucional!
Sin embargo, el resultado es otro, y los cimientos del Bernabéu siguen incólumes: el Barcelona está a tres puntos, titular del domingo en los creadores de opinión, y a otra cosa mariposa. A ver cuántos piden alguna sanción disciplinaria para un árbitro que hacía mucho tiempo, pero mucho de verdad, no demostraba en una prueba práctica lo que es el distinto rasero y la falta de criterio.

Sí cabe pedir disculpas desde estas líneas: la semana pasada pedíamos no ver a Undiano ni en pintura, pero hemos de reconocer que cualquier comparación no resiste un asalto y que vista su tarea en los dos enfrentamientos ante los acaparadores de portadas, la labor de Undiano con respecto a la de Muñiz es para que le concedan el premio al mejor arbitraje del año. Al Cesar lo que es del Cesar. Y el que inventó la nevera dio un gran paso para que luego se inventara el congelador. Nuestros jugadores y técnicos seguro que serán sancionados, independientemente de que lo reflejado en el acta sea fiel a la realidad o no, pero ¿correrá la misma suerte el colegiado?.

Y es que es difícil hablar del partido sin hablar de las decisiones del árbitro, quién de haber sido consecuente con el reglamento y consigo mismo podía y en muchos casos debía, haber dejado el campo como actualmente está el solar de la antigua Feria de Muestras. De hecho para el minuto 3 el “txalo” de Lass a Javi Martínez y el “telefonazo” de Huntelaar a Amorebieta, sancionables del rojo al amarillo según el gusto del consumidor, habían pasado para el árbitro como quien oye llover y para el minuto 5 Iraola, por discutir con un contrario imaginario ya que no hay cartulina para ningún rival y se supone que dos no discuten si uno no quiere, y Koikili por su primera entrada dura a un adversario, ya tenían amonestación con el lastre que ello supone y que ha sido bien patente en el caso del lateral zurdo.

Pese a todo el Athletic se ha metido de lleno en la pelea y ha ido acortando las posesiones del rival, gozando incluso de un lanzamiento de falta por parte de Yeste repelido por Casillas en el minuto 10. Al cuarto de hora el Real Madrid se ha ido sacudiendo, metafóricamente, la presión y un chut de Sneijder lo ha alejado Iraola, y no tan metafóricamente cuando a Toquero le ha dejado Heinze un recado fácilmente apreciable en su ojo derecho. Penalti claro saldado con amenaza a Toquero: ¡Que sea la última vez que te tiras! Y al de poco, en pleno cabreo, gran jugada de Robben y 0-1, que ha estado a punto de repetir en el 25, pero ha disparado fuera.

Han sido cinco minutos malos, entre mala leche y mazazo, pero el Athletic se ha ido recuperando con chut de López repelido por Marcelo y otro de Yeste parado por Casillas,… hasta el segundo gol con falta de las que en la competición continental no se pitan a favor de un equipo que tiene un montón de Copas de Europa, pero que en la Liga doméstica son el pan, a su favor, de cada día. Balón templado, mala elección del fuera de juego y de la salida y 0-2. La reacción sí ha sido inmediata con chut de Yeste despejado por Casillas, centro al área chica de López y autogol de Heinze, pero lamentablemente ha sido el principio del fin pese a todo lo que restaba de encuentro.
La trayectoria de Casillas, quien ha ido a buscar a Yeste, primero verbalmente y luego de cuerpo presente, y el desplazamiento de éste hacia el grupo de compañeros que celebraban el gol se han cruzado lo suficiente como para que Fran se lo quisiera quitar de encima con las manos y el cancerbero, tan bien considerado él, agarrara un dolor facial de no te menees. El panorama, desolador. Roja a Yeste y amarillas a Martínez y Ocio, éste con riesgo anterior de ser expulsado en un choque con Sneijder sin balón de por medio y casi desde el comienzo cuando el árbitro le ha asegurado que no acabaría el partido. Luego el portero habrá dicho misa en la sala de prensa hablando de que Yeste no le da en la cara pero sí le empuja o se habrá intentado explicar en el descanso o al final, pero el mal ya estaba hecho y Yeste carga de nuevo con una cruz que, esta vez, no es del todo suya.

El Athletic ha seguido tirando de casta, aunque el Real Madrid empezaba a explotar más descaradamente su superioridad numérica. Rizando el rizo se puede decir que doce contra once no era tan evidente, pero doce contra diez la mochila pesaba lo suyo. Tras un balón franco que Sneijder ha mandado alto, el Athletic ha empatado antes del descanso tras un centro de David López cabeceado por Llorente que entre Casillas y su mala conciencia disfrazada de guantes han introducido en la portería. Empate y nota de humor anterior, una de tantas pero la primera celebrada, tras ver Huntelaar cartulina amarilla en la única acción en la que no había hecho nada.
En el descanso Balenziaga ha suplido a Koikili para intentar quitar el freno de mano que impedía secar a Robben, pero la ilusión por mantener al menos la igualada ha durado un par de minutos, los que ha necesitado Huntelaar para controlar su primer balón y enviarlo raso a gol. Como ocurriera tras el 0-1, la siguiente ocasión ha sido blanca por mediación de Robben. Caparrós ha introducido a Gurpegi por David López y a Susaeta por Orbaiz para intentar refrescar la parcela central, pero el colegiado no dejaba que el juego tuviera protagonismo de por sí. Entre cambio y cambio Pepe ha hecho otro penalti, con 2-3 en el marcador, esta vez por mano y poco después Muñiz le ha sacado una tarjeta increíble a Amorebieta por cortar una internada de Robben junto a los banquillos, jugada que además ha supuesto la expulsión de Ion Vélez por decirle que era malo, a lo que ha añadido al redactar el acta un insulto que el jugador asegura no haber pronunciado. Un tremendo ejercicio de agudeza auditiva en medio del griterío y que ya podía haber sido visual en las jugadas importantes de verdad.

Para acabar de fastidiarlo, de nuevo en forma de fútbol, Casillas ha desviado en el minuto 59 un chut de Javi Martínez y en el 61 un contragolpe ha supuesto la puntilla en forma de 2-4, obra de Huntelaar y ahí sí que parecían los dibujos animados y el ¡Esto es todo amigos! El Real Madrid ha sabido aguardar a que el Athletic, todo ímpetu y mala baba contenida, se diluyera para montar cíclicos contragolpes y crear otro par de ocasiones claras en las botas de Huntelaar e Higuain, ambas desbaratadas por Iraizoz. Al final, cuando la afición se ha volcado para arropar a un equipo herido en su orgullo, pero imposible de humillar por muy duro que haya sido el castigo y por cómo se ha producido, el árbitro, valiente de por sí, se ha cobrado un dudoso penalti de Iraola sobre Marcelo. Para qué discutir si ha sido o no con todo lo que había llovido. Y entre la superioridad rival, la broma de arbitraje, por ejemplo Heinze se ha ido a la ducha sin tarjeta, y la seguridad de tener una afición de quitarse la txapela se han consumido los minutos, pero no la indignación.

La sala de prensa ha sido testigo de un buen resumen: Juande Ramos decía que el árbitro no había influido en el resultado e Iraola le daba la razón al señalar que “desde el minuto 1 sabíamos que teníamos que hacer todo perfecto para ganar”, manera elegante de decir que era consciente de que no había nada que rascar con un arbitraje así frente a un rival y un chiringuito mediático que necesitaban el ganar como el comer. Por lo que se ve en las últimas semanas y se ha ratificado hoy, el Real Madrid está en plena campaña de acoso y derribo por parte del estamento arbitral tal y como denunciara Mijatovic con vehemencia después del choque de la primera vuelta. Sólo 19 partidos después, vemos que seguimos como en los viejos tiempos, pero antaño quizá se hiciera con más estilo tanto dentro como fuera del terreno de juego. En fin, paciencia e intentar sumar lo antes posible esos puntos que den tranquilidad. Los deméritos propios y la negligencia ajena, esta vez al alimón, no lo han hecho posible hoy.