Villarreal CF - Athletic Club

El Villarreal se ha impuesto por dos goles a cero al Athletic Club, tantos obtenidos en el tramo final de la segunda mitad por Cazorla y Mati Fernández. Nuestro equipo ha hecho un partido más que decente, pero tener bajo control a un peligroso rival no ha sido suficiente y al final los pequeños detalles, incluida la calidad del rival, han sido decisivos. Lo peor es el saldo de jugadores que por tarjetas no podrán jugar ante el Mallorca, de no mediar recurso y posterior aceptación, concretamente Amorebieta y Susaeta. A la espera del resto de resultados de la jornada, sean cuales fueren, es evidente que el Athletic debe imperiosamente empezar a sumar para no tener un final de temporada más apretado de lo deseado.

El anfitrión ha salido dispuesto a cumplir el guión y llevar el peso de la contienda. Para ello Pellegrini ha puesto en liza un equipo con jugadores de poca estatura, pero gran calidad y dominio del balón con el fin de generar peligro en balones interiores a la espalda de la defensa. Pese a conseguirlo esporádicamente, como en el minuto 7, con un mano a mano que Iraizoz ha desbaratado a Nihat, el Athletic Club ha ido poco a poco acumulando posesiones y el encuentro ha pasado a disputarse en las dos áreas. Tras un disparo de Susaeta atrapado sin problemas por Diego López, Rossi, poco acertado ayer en el remate, ha disparado cruzado fuera en el minuto 13 y al de poco Gabilondo ha propiciado que López hiciera una de las paradas de la fría noche. Un poco más fácil lo ha tenido el cancerbero en el remate “mordido” de Toquero en el minuto 17 tras pase atrás de Iraola.

La respuesta local, hasta el descanso, ha sido una jugada que ha terminado en gol, previamente anulada por fuera de juego de Capdevila en el minuto veinte. Asimismo, Godin ha rematado de cabeza con cierto peligro en el minuto 32 a la salida de un córner. Nuestro equipo ha amenazado en un par de ocasiones con centro sin rematador, pero la opción más clara ha sido un chut de Javi Martínez que Godin ha interceptado con la mano en el minuto 40, siendo menos evidente la infracción del mismo jugador en el remate posterior. La interpretación de la jugada deja abierto un abanico de posibilidades y para analizarlas está más que comprobado, semana tras semana, que existen cientos de expertos.

En la segunda mitad la iniciativa ha sido rojiblanca y se veía que, de estar atinados, podía llegar el premio, aunque, por contra, los locales han conseguido intimidar en jugadas aisladas, pero con mucho riesgo para la integridad de la portería del Athletic. Así ha ocurrido cuando Rossi ha elevado en exceso un balón en el 53 o cuando Nihat ha disparado fuera en el 58. A la par que Garmendia reemplazaba a Toquero a la hora de juego, Susaeta disparaba fuera por muy poco con la zurda y Eguren veía la cartulina amarilla en un salto con Gabilondo. La interpretación de la jugada abre paso a un ingente número de opciones a la hora de sancionar y para juzgarla en su justo término está más que demostrado que existe una pléyade de entendidos en la materia.

Poco después Joseba Llorente, al que se le ve bastante motivado cuando le toca enfrentarse al Athletic, ha entrado en lugar de Nihat por las dificultades que para llegar arriba atravesaba su equipo y quizá para propiciar un fútbol más directo. No es posible valorar el valor del cambio, valga la redundancia, ya que el Villarreal se ha puesto muy pronto en ventaja, después de una ocasión de Eguren parada por Iraizoz. Ha sido en un balón robado en ataque por Garmendia y posterior un pase en corto de éste que Susaeta no ha llegado a controlar. Al contrario, se ha convertido en un fulgurante contragolpe de izquierda a derecha y allí Cazorla ha definido a placer.

Todo el trabajo anterior por la borda y una veintena de minutos para vivir al filo de la navaja frente a un equipo como el castellonense acostumbrado a jugar, bien, a la contra. De hecho Joseba Llorente ha podido sentenciar en el 70, su disparo se ha marchado cruzado fuera por poco, aunque en la otra portería Diego López ha salvado a su equipo en el 77 al desviar en otra gran intervención un chut a la media vuelta de Llorente, el nuestro.

Sin embargo, la esperanza de empatar se ha desvanecido cuando Susaeta ha visto su segunda amarilla al de pocos segundos en una jugada, como la primera tarjeta, que desde fuera parecía inocente. Una cartulina roja que en sus dos capítulos deja en el aire una margarita por deshojar, pero para hacerlo en su justa medida bien es sabido que la nómina de personas doctas en la materia es cuando menos numerosa.

Y entre ímprobos intentos de llegar arriba y poca eficiencia en el balón parado a la hora de atacar, se han consumido los minutos. Ya en el descuento Mati Fernández ha sentenciado un partido decente por parte del Athletic, pero sin capacidad de definición arriba y que deja al equipo con dos semanas por delante y un trabajo ingente para retomar con fuerza la senda de los puntos. Esa y no la Copa es la prioridad ahora, por muy difícil que sea a veces de asimilar.