Athletic Club - FC Lokomotiv Moskva
Dieciseisavos de final

Athletic Club - FC Lokomotiv Moskva

Athletic Club
Athletic Club
10
FC Lokomotiv Moskva
FC Lokomotiv Moskva
  • 62' Muniain

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

Próxima estación, Old Trafford

Athletic Club 1-FC Lokomotiv 0 El Athletic Club ya está clasificado para los octavos de…

Athletic Club

Athletic Club 1-FC Lokomotiv 0

El Athletic Club ya está clasificado para los octavos de final de la UEL tras derrotar 1-0, con todo merecimiento porque fue el único equipo que busco de principio a fin la victoria, al Lokomotiv de Moscú. Muniain ha hecho el 1-0 en el minuto 62, superando por primera y única vez la férrea defensa que ha presentado el equipo ruso, con el agravante de que hacía escasos minutos se había quedado en inferioridad numérica por la expulsión de Amorebieta. Los rojiblancos no alcanzaban estas alturas de la competición desde la temporada 1994/1995 tras eliminar al Newcastle y emparejarse con el Parma. Ahora el sorteo ha decidido que el cruce sea frente al Manchester United, primero el 8 de marzo en Old Trafford y una semana después en San Mamés. De paso, rememoraremos la eliminatoria que emparejó a ambos equipos en la 1956/1957, en la equivalente a la actual Liga de Campeones, aunque con ida nevada en San Mamés y en los cuartos de final. Sin embargo, como por fortuna llevamos semanas repitiendo, esto no se para y, casi inmediatamente, el domingo a las 12:00, en Villarreal, nos espera la Liga.

En cuanto al partido, este no ha sido vistoso, sobre todo porque dos no se pegan si uno no quiere. A pesar del chut casi inicial de Caicedo repelido por Iraizoz, de nuevo puerta a cero ante el equipo que había marcado en todos sus desplazamientos europeos, y un disparo posterior fuera del ecuatoriano, el choque no ha sido el cuento de hadas que se nos quiso vender en la víspera. No al menos por una parte.

El Lokomotiv ha hecho buenos los pronósticos que le situaban como en los últimos minutos del partido de Moscú, es decir, muy cercano a su portero y fiándolo casi todo a un contragolpe, para lo que dejaban casi abandonado Caicedo, quien si bien declaraba que el ambiente de San Mamés no era nada del otro mundo, al menos ha comprobado que tampoco es moco de pavo.

Los rusos han venido a defender con uñas, dientes y jugadores el 2-1 de la ida, con todo el derecho del mundo, dadas las dificultades por las que atraviesa nuestro equipo sin excesivos espacios, pero un resultado tan corto conllevaba el riesgo de que un gol nos pondría en franquicia y así ha sucedido.

Además, con el agravante de que para cuando les ha llegado el tanto que decidía la eliminatoria, el Athletic Club estaba con un jugador menos por la expulsión de Amorebieta, pero su intento de reacción ha sido tan tardío como inútil.

El Athletic, poco a poco, con mucha constancia y menos acierto, ha ido haciendo suya la posesión del balón, pero sin crear opciones diáfanas de gol. No era nuevo el panorama, ni sorprendente: un equipo encerrado atrás fiándolo al contragolpe de Caicedo, pero además con un rival que desde bien pronto estaba interesado en que ritmo fuera sinónimo de inexistente y en trabar todo lo posible el juego.

Mientras el exjugador Morientes seguía en la retransmisión en directo llamándonos “el Bilbao”, y puestos a salvar algo en el plano ofensivo, podemos recordar que Iraola ha disparado duro, pero fuera, en el 6; Toquero desviado en el 9; Javi Martínez en el 11 por encima del larguero al rematar un saque de esquina y más tarde Muniain demasiado flojo a las manos de Guilherme.

Estaba todo concentrado en los inicios, ya que con el paso de los minutos la escasez generalizada ha acabado contagiando a nuestro equipo, quien ha visto en alguna fase como los visitantes amenazaban su marco. Así, De Marcos se ha cruzado bien en el 22, Iraizoz ha alejado un balón peligroso y en el 24 ha tenido que salir del área para despejar un balón en profundidad. No eran ocasiones de gol, pero sí ponían cierta incertidumbre en el ambiente porque encajar nos abocaba a hacer dos para ir a lo que nuestro técnico denominaría alargue.

El partido era duro, así lo quería el Lokomotiv, por lo que la primera tarjeta estaba cantado que sería para un rojiblanco, Iturraspe sin ir más lejos. A decir verdad, el comienzo de partido del colegiado polaco nos ha dejado un arbitraje hogareño, pero con el paso de los minutos el sentido de las decisiones ha cambiado como de la noche al día, a pesar de que el siguiente damnificado ha sido Zapater.

Posesión sin profundidad frente a espera casi infinita, nos han llevado a vivir minutos que optarían a ser considerados como los de la basura si no fuera porque la contienda estaba en su primer período y la eliminatoria abierta del todo. Interrupciones, caídas lógicas y otras fingidas, enfado de la grada y descanso.

De cara a la segunda mitad Bielsa, más que de esquema, ha cambiado de intérpretes. De Marcos ha pasado del lateral zurdo al centro del campo, parcela ofensiva, y su lugar lo ha ocupado Iñigo Pérez en sustitución de Iturraspe. Toquero ha dejado de jugar por detrás de Llorente para hacerlo en banda derecha. Susaeta ha sido el que se ha quedado en el vestuario y San José ha salido al verde para jugar un cuarto de hora escaso junto a Amorebieta y desplazar a Javi Martínez al centro del campo.

La salida local ha sido mejor, en nada parecida tampoco a la de Moscú. Los que en Rusia fueron catalogados como toros han demostrado segundo a segundo su esencia leonina para arrinconar al rival en su parcela, ahora más descaradamente si cabe. Hasta que Amorebieta ha visto como le mostraban su segunda cartulina amarilla en muy pocos minutos, el Athletic ha seguido fiel a su intento de triangular, apoyarse en corto y buscar espacios con el balón cerca del marco rival.

Además, la primera mitad había demostrado que, a falta de pan de penetraciones, las tortas de la estrategia se antojaban inmejorables. En el 48 un centro cerradísimo de Iñigo Pérez a saque de falta no ha encontrado rematador en el área chica; en el 50 Llorente ha rematado fuerte de cabeza, pero fuera; en el 53 un centro de Toquero ha sido rematado por Llorente con la cabeza, pero a las manos de Guilherme, quien seguía estirando los segundos.

Poco después Amorebieta y Caicedo veían una amarilla por cabeza, lo que a corto plazo ha sido fatal para el primero porque en el 59 se ha despistado y desde el ángulo muerto (y mudo para el resto de compañeros) un rival le ha robado la cartera antes de ser zancadilleado. Segunda amarilla y justa cartulina roja.

La decisión arbitral ha sido celebrada por los aficionados rusos desplazados a Bilbao, pero de manera demasiado estridente y ostentosa por parte de algunos jugadores del Lokomotiv, desconocedores, es obvio, de que el león tenía aún mucho que rugir. ¿Resignación rojiblanca? ¿Brazos abajo? No había tiempo para lamentos y nuestro Athletic lo ha entendido a la perfección.

De hecho se ha lanzado a por el rival y en un par de minutos tenía el duelo a su favor. Herrera no ha podido marcar en primera instancia, pero el córner en el que ha acabado la jugada ha sido rematado por Llorente en el primer palo y remachado por Muniain en el segundo. Locura casi colectiva en San Mamés con 28 minutos más la prolongación hasta el pitido final.

Seguro que se calificarán de sufrimiento, aunque su definición puede interpretarse de manera distinta si se parte de la base de que la situación era óptima y más con la que estaba cayendo. Couceiro ha sacado al campo casi toda la pólvora que le quedaba: Obinna y Sychev por Torbinsky y Ozdoev. En el Athletic, nuevo retoque al ingresar en el terreno de juego Ekiza por Herrera. De Marcos ha regresado al lateral zurdo y Martínez ha vuelto a salir de la zaga para acompañar a Iñigo Pérez en la medular con Llorente echando una mano.

Los primeros instantes tras el gol han sido de cierto desconcierto, circunstancia que el Lokomotiv no ha rentabilizado más que con un tiro lejano de Tarasov detenido por Iraizoz en el 69. El centrocampista ruso se ha convertido en protagonista de una serie de lances y en todos ellos ha recibido la interpretación menos gravosa por parte del colegiado. En alguna acción como un empujón, la duda puede hacer acto de presencia, pero una mano dejaba menos resquicio para cualquier debate que no le condujera a merecer la ducha anticipada.

Esa no toma de decisiones y alguna interpretación “sui generis” de la ley de la ventaja hacían que la grada se calentara, más aún de lo lógico que le correspondía a una victoria por la mínima en el tanteador. Por encima de todas las dificultades, el Athletic ha sabido gestionar la ventaja con su credo a cuestas y con la vista puesta en jugar cerca de Guilherme, ya más espabilado a la hora de arañar segundos al cronómetro. Llorente en el 74 ha disparado alto y se ha hecho daño y los minutos transcurrían con cierto sosiego sólo roto paradójicamente por balones perdidos en los intentos de salir con el cuero jugado y bien jugado. Paradojas de lo que nos toca vivir.

A falta de diez para el final, Da Costa entrado por Belyaeb con vistas a sacar partido a las jugadas de estrategia. Iñigo Pérez ha intentado un gol olímpico, Llorente ha vuelto a reatar desviado de cabeza y en esas hemos entrado en los minutos malditos de la temporada, los que se aposentan en el descuento y que hoy no han visto pérdidas irreparables.

A la conclusión, objetivo cumplido, entrar en los octavos de final, y como premio para todos los componentes del Athletic Club y sus aficionados, poder medirse al Manchester United, un hecho de gran trascendencia para un grupo joven que visualizará a la perfección cómo es posible competir bien y llegar a rivalizar con equipos que, además de los del campeonato doméstico, figuran en el Olimpo del balompié. Eso sí, que nadie piense que el viaje a Manchester tiene por objeto conocer un nuevo destino turístico.