Sevilla FC - Athletic Club
Semifinal
Copa

Sevilla FC - Athletic Club

Sevilla FC
Sevilla FC
21
Athletic Club
Athletic Club
  • 60' Duscher
  • 90' Acosta
  • Llorente 43'

UbicaciónRamón Sánchez-Pizjuán , Sevilla

Regusto amargo y resultado esperanzador

El Athletic Club ha sido derrotado 2-1 por el Sevilla en el partido de ida…

Athletic Club

El Athletic Club ha sido derrotado 2-1 por el Sevilla en el partido de ida de las semifinales de Copa. Llorente ha marcado el 0-1 en el primer período y en el segundo Duscher y Acosta, éste en el descuento, han dado la vuelta al marcador. Dentro de un mes seguro que en San Mamés se superará el ambiente vivido hoy en el Sánchez Pizjuán, aunque otra cosa bien distinta será el que se pueda contar con un arbitraje similar.

El partido ha estado condicionado por la lluvia, de hecho ha empezado un cuarto de hora más tarde, y en un principio no parecía que los locales estuviesen por la labor de jugar, al menos si reparamos en que una hora antes del horario oficial no se estaba realizando esfuerzo alguno por retirar el agua del terreno de juego y aledaños. Como ejemplo baste decir que los jugadores y técnicos del Athletic Club no han podido sentarse en el banquillo, anegado como si fuera una piscina, y lo han tenido que hacer en unos bancos a la antigua usanza. Al final queda un regusto amargo pese a que se ha cumplido uno de los objetivos marcados, hacer gol fuera de casa, y la derrota ha sido mínima. Desazón más que por el resultado en sí, por el modo de producirse, lo que hace que una sensación de tristeza se haya apoderado de los expedicionarios y de los cientos de seguidores que han vuelto a dar una lección de apoyo al equipo. Afortunadamente conforme se acerque la primera semana de marzo la percepción será bien distinta y se vislumbrará la realidad: la final está ahí mismo.

El Sevilla, una vez que ha parado de llover con intensidad (justo hasta la finalización del partido, menuda casualidad) ha salido con el cuchillo entre los dientes, pero el estado del terreno de juego no dejaba muchos resquicios para la combinación y sí para alejar el balón cuanto antes de las zonas de peligro. Y si ya de por sí la tiene, la estrategia ha pasado a jugar un papel mucho más relevante, aunque Iraizoz no ha tenido que pasar más apuros que los inherentes a ver merodear el balón por su área, circunstancia que ha sido más determinante en la segunda mitad.

Ambos equipos querían balón en largo, estaba claro, como también que en una refriega de constante contacto el árbitro se ha inclinado sin tapujos por percibir muchísimas más faltas laterales y frontales en torno a nuestra portería que a favor, siendo la ausencia de éstas, y no un acción concreta, la que ha motivado la protesta de Iraola que le ha valido la cartulina amarilla. Al final el Athletic Club ha visto cinco y el Sevilla una.

A falta de ocasiones y con un público entregado y muy metido en el choque como ya es habitual, el espectáculo de los recogepelotas ha ido creciendo en intensidad. En plena semana de reproches mutuos entre Preciado (Sporting) y Jiménez (Sevilla) por quítame allá unos recogepelotas y sus cometidos, los del Sevilla siguen en su línea perfectamente organizada y bordean el nebuloso reglamento, si es que no lo traspasan, por ejemplo al dar balones para sacar cuando el despeje a fuera de banda aún está viajando por el aire o lanzan incluso dos balones simultáneamente al campo cuando hay que sacar una falta. Y algún día se preparará una gorda, porque si, por ejemplo, Iraizoz sale de su área a despejar con el pie o la cabeza, no es de recibo que estando fuera de su portería el rival tenga ya otro balón para sacar. Y si es de recibo, no es lo más parecido al fair play.

Entre una cosa y otra, hemos tenido que esperar al minuto 24 para ver la primera ocasión, en las botas de Ion Vélez al ver adelantado a Palop, pero su chut ha rozado el larguero por la parte superior. Un poco más abajo ha rematado Romaric de cabeza un saque de esquina, al larguero en concreto y un poco más alto Renato de falta. Cada falta o saque de córner buscaba petróleo desde cualquier ángulo del campo y en la recta final de la primera parte el Athletic ha sido mucho más efectivo. De hecho Llorente ha controlado con el pecho y ha lanzado un fuerte chut según caía en el minuto 40, pero Palop ha enviado a córner. Menos suerte ha tenido en su lanzamiento, ya que Llorente se le ha adelantado de cabeza para poner un esperanzador 0-1. Sin tiempo para la reacción local Yeste ha lanzado fuera con la zurda.

De cara a la segunda parte, Acosta ha entrado por Renato y ha jugado un papel interesante para su equipo en el tramo final. Antes el Athletic ha salido bien plantado y, como ocurriera en Gijón, ha podido dejar encarrilada la eliminatoria ya que Ion Vélez ha rematado fuera en boca de gol un centro de David López en el minuto 50 y no ha podido superar a Palop al carecer de ángulo en el 59 tras recibir un pase de Yeste en profundidad.

El Sevilla sufría, pero se ha rehecho curiosamente a la salida del córner forzado en la ocasión mencionada. Afortunadamente Koikili se ha cruzado ante Acosta, pero ha sido engordar para morir, ya que en una melé posterior con un rebote desafortunado que ha conducido el balón hacia nuestra portería y el posterior despeje bajo palos de Martínez, Duscher ha rematado a bocajarro estableciendo la igualada a falta de media hora, tiempo muy largo en cualquier campo y más en uno enchufado como el Pizjuán. Segundos antes del gol Capel ha sustituido a Adriano y segundos después Toquero a Ion Vélez, aquejado de lumbalgia durante las últimas jornadas.

El gol nos ha devuelto al escenario histórico de avalanchas locales. Mientras en nuestras filas se acumulaban las cartulinas de amonestación, en el rival buscaban descaradamente a Kanoute, pese a que carguemos con el San Benito de ser el único equipo que juega en largo en todo el orbe. Para más inri, el césped ya recobraba su aspecto habitual, con menos agua pero dispuesto a admitir saltos a la piscina, y el Sevilla movía más cómodamente el balón mientras al Athletic le fallaba la transición, o no la tenía.

Al buscar el Sevilla con fruición a Kanouté, la zaga rojiblanca ha cerrado filas en torno al espigado delantero malí y Acosta ha dispuesto de espacio para crear la zozobra a la defensa del Athletic con internadas bastante peligrosas. Ese reagrupamiento le ha permitido también a Jesús Navas ser más incisivo todavía. Para intentar taponar sus incursiones, Balenziaga ha suplido a Yeste en el minuto 70.

Pese a todo, los peligros que creaba el Sevilla con el monopolio del esférico eran menos frecuentes y menos dañinos, pero el no poder pausar el juego mediante posesiones medianamente dilatadas en el tiempo, añadía un plus de peligrosidad para la defensa del Athletic. De hecho Kanouté ha probado si había agua y Martínez ha metido su pierna cuando el delantero ya se zambullía. El penalti lo ha lanzado el propio Kanoute, pero al poste y su posterior remate ya estaba invalidado.
Los que pensaban que ya habíamos librado y que para llegar a la final nos bastaría un infartarte empate sin goles en San Mamés, se han topado con el tópico de que el fútbol es así hasta que pita el árbitro y la realidad del Sevilla en esta competición. Prueba irrefutable de que mientras no pite el árbitro ni el mejor de los controles del partido puede garantizar la ausencia de riesgo, Iraola ha podido marcar de cabeza pero su remate no ha encontrado puerta en el 86. Sí en cambio un disparo raso de David López en el 88, pero también las manos de Palop y en el mismo minuto un pase al hueco de Duscher, que Kanouté ha controlado para toparse con Iraizoz en la jugada en la que se ha lastimado Amorebieta.
Y muerto el tópico ha llegado la realidad. El Sevilla ha repetido la jugada que le valiera frente al Valencia, encajar el 0-1, empatar y remontar en el tiempo de prolongación por mediación de Acosta y, como en el 1-1, aprovechándose de un tan involuntario como desgraciado rebote. Contra el Valencia el 2-1 les valió para pasar a la semifinal, pero en nuestras manos está que no valga para nada dentro de un mes, que San Mamés sea una caldera, repleta de aficionados y sazonada de cantos y gritos de ánimo, y que nuestro equipo confirme su candidatura a entrar en la gran historia de este club.

Por de pronto el Athletic ha cosechado un resultado esperanzador, que a priori muchos daban por bueno, pero ha sido muy duro perder cuando un mejor tanteador ha estado tan al alcance. En marzo seguro que no se nos escapa y mientras tanto los miles de aficionados que viajarán a Valladolid nos recordarán que entre Copa y Copa quedan cuatro platos de Liga, uno de ellos precisamente ante el Sevilla.