Sevilla FC - Athletic Club
Jornada 13
Liga

Sevilla FC - Athletic Club

Sevilla FC
Sevilla FC
12
Athletic Club
Athletic Club
  • 14' Navas
  • Iraola 5'
  • De Marcos 71'

UbicaciónRamón Sánchez-Pizjuán , Sevilla

Brillante triunfo 18 años después

Sevilla FC 1 Athletic Club 2 El Athletic Club se ha impuesto por 1-2 al…

Athletic Club

Sevilla FC 1 Athletic Club 2

El Athletic Club se ha impuesto por 1-2 al Sevilla. Los goles han sido obra de Iraola y De Marcos. El sevillista ha sido logrado por Navas. Dieciocho años después, con algún intervalo del cuadro hispalense en Segunda, nuestro equipo ha conseguido romper la racha sin ganar y lo ha hecho además de una manera justa y brillante, quizá ajustada en demasía para lo merecido. Suma además el decimoprimer partido sin perder de manera consecutiva. Una buena marca, sobre todo porque a la racha se une la tendencia, que parece definitiva tras alcanzar los 17 puntos, de mirar hacia arriba en la tabla, se acabe la jornada sextos o séptimos.

Un duelo, el de esta tarde, con la incógnita añadida de los quince días sin competición para un equipo que venía lanzado, pero que también necesitaba un descanso. Las cosas se ha aclarado enseguida: el Athletic Club seguía siendo el mismo que dejó tan buen sabor de boca frente al FC Barcelona y, además, se ha puesto pronto por delante, sinónimo de puntuar en la presente Liga, ya que sólo ante Espanyol, Betis y Málaga el equipo ha empezado perdiendo.

Y después de la semana sobre si la botella de los tres centrales estaba medio llena (sinónimo de más ataque) o medio vacía (exceso de precauciones) uno de los dos carrileros, Iraola, ha hecho el 0-1 en el minuto 6 al recoger en el borde el área un despeje de cabeza y rematar según le venía, raso y pegado a la cepa del poste.

Un gol que ha traído tranquilidad a nuestras filas, por lo que los que han vestido de verde han seguido a lo suyo: jugar y jugar, presión a destajo, victoria en duelos individuales y cabeza fría para elegir el pase vertical que supere líneas de presión enemigas.

Lástima que un exceso de confianza a la hora de sacar un balón desde atrás y una combinación de rebotes han permitido a Kanouté hacer la prolongación ideal para que Navas empatara la contienda al cuarto de hora. Tras casi dos décadas de penurias en el Sánchez Pizjuán, la película le sonaba a casi todos los hinchas rojiblancos. Léase buen comienzo y desinfle posterior con pobre cosecha de puntos.

Afortunadamente hoy no era el día y la reacción se ha plasmado en aproximaciones a la portería de Varas. Primero San José, remate alto de cabeza, luego una colada de Llorente con pase final hacia Muniain interceptado por la defensa y chut de falta de Iñigo Pérez, quien regresaba a la titularidad, aunque esta vez de medio centro, y que ha sido desviado a córner por Varas.

Las cosas se han equilibrado un poco, no en iniciativa, presión y sentido del juego, sino en oportunidades al conectar Negredo un cabezazo con buena intención y peor dirección y, sobre todo, con un balón que ha salido de su pierna derecha y que ha hecho estirarse a nuestro guardameta. Entre ambas opciones, la fe de este equipo, la capacidad de sacrificio de jugadores que arrastran molestias y la facilidad que tiene para llegar a posiciones de remate, se ha personificado en un balón recuperado por Llorente y cedido a Herrera para que éste disparara raso, pero fuera por poco. Ya antes del descanso, mientras la grada local, dubitativa en muchos pasajes del encuentro sobre quién debiera ser el epicentro de las críticas, la tomaba con el colegiado, Llorente era empujado claramente al intentar reatar un saque de esquina, pero la cosa no ha pasado a mayores.

Se había comprobado en la primera parte que el Sevilla le tenía, como mínimo, respeto al Athletic, una sensación percibida en otros partidos incluso antes del choque ante el FC Barcelona que tantas páginas y programas ha llenado como el paradigma de un equipo descarado y convencido de lo que hace. Sin ser Llorente y diez que juegan para él, sino Llorente y diez más que juegan para todos, aunque falten unos días unos, y otros al siguiente, los de Marcelino intentaban cerrar las vías entre líneas con escasa fortuna, pese a que al descanso hayan llegado con empate en el marcador.

De cara a la reanudación, aun sin cambios, preguntas de manual afloraban, como por ejemplo el talante inicial. Parecía que el Sevilla había decidido presionar con determinación la salida del balón rojiblanca, muy fluida en la primera parte y casi siempre por abajo. Un saque envenenado de falta de Perotti sin rematador y un chut desde fuera del área detenido por Iraizoz en dos tiempos, han sido el bagaje ofensivo local, acompañado en el minuto 68 por un chut, igual o más alejado de Manu del Moral, ya en el campo en sustitución de Negredo.

Enfrente el Athletic ha tardado unos minutos en resituarse, pero una vez que se ha puesto a funcionar le ha dado un repaso a su rival. El monólogo ha tenido como primer punto de referencia un balón que ha dejado a Susaeta solo ante Palop, pero en vez de chutar ha intentado contactar con Llorente, marcado a la sazón.

Era el minuto 56 y cinco después Llorente remataba de cabeza desviado, aunque más clara ha sido la opción del minuto 61, tras recibir un pase con el pecho de Herrera, si bien no ha podido rematar. En cambio ha devuelto al cuero a Herrera y su chut lo ha sacado Spahic bajo palos, con remate posterior de Llorente al lateral de la red.

Al de poco Gabilondo ha entrado por Susaeta. El Athletic ya estaba jugando con soltura, con movimientos más rápidos que los del rival, desmarques con sentido, ayudas y mucha presión. Y gracias a ella, cumpliéndose la cadencia de la ocasión cada cinco minutos, un robo de balón ha permitido a Muniain enviar un pase a Óscar de Marcos similar a los que en los entrenamientos salvan picas y monigotes, su toque ha rebotado en Varas y el balón se ha quedado suelto a un par de metros de la raya y De Marcos, el otro lateral de la botella medio llena o medio vacía de los cinco centrales, ha puesto por delante a nuestro equipo.

Armenteros ha entrado por Perotti, como antes lo había hecho Rakitic por Trochowski, aunque los cambios no han aportado ninguna mejora sustancial en el panorama. Es más, ha sido Gabilondo el que ha tenido opciones de hacer el tercero, pero un defensa ha estado más afortunado y rápido.

Con una posición desequilibrada a favor de nuestros intereses (65%) y para desesperación del rival, el Athletic Club ha tocado y tocado, pero con sentido, ha disfrutado del balón, ha leído bien el estado del partido, y más tras tener que retirarse Cáceres, lesionado, con los cambios ya hechos. De hecho ha jugado igual, como si el rival estuviera con once y ha estado más cerca el tercero que otra cosa, pese a la incertidumbre que da la exigua ventaja.

En esa línea Varas, esta vez sí, ha conseguido desbaratar un mano a mano con Muniain, mientras en el Pizjuán muchos de los espectadores se rendían al poderío visitante con aplausos intercalados con reproches a uno u otro jugador local.

Al final, justo, merecido y corto triunfo que demuestra que el equipo puede dar, de hecho lo hace, la cara ante los equipos potentes del campeonato, los que tienen la vitola o los destinados a serlo, léase Villarreal, Atlético de Madrid, Valencia o Barcelona.

Además, sin lesiones o sanciones que llevarse al apartado de bajas, el nuevo reto es convertir el encuentro frente al Granada CF del domingo en la decimotercera cita sin conocer la derrota y lo que tenga que venir, si es que viene, bienvenido será.