Atlético de Madrid - Athletic Club

La increíble racha de 16 partidos ligueros sin perder se rompió ante el Atlético. Un solitario gol de Julián Álvarez, en un contragolpe mortal, tumbó a los leones en el Metropolitano, donde vendieron muy cara la piel. No merecieron caer. Nada menos que tres postes, dos en una misma jugada de Prados e Iñaki Williams, que volvería a repetir madera en otro tiro en una falta ensayada. De no creer.

El balón no quiso entrar. El partido nació nervioso por la trascendencia del mismo, con muchas imprecisiones, a lo que ayudó la fuerte lluvia. Avisó Le Normand de cabeza, pero la gran ocasión de la primera mitad fue bilbaina. Fue en una recuperación de Vivian que habilitó a Iñaki Williams, que no superó a Oblak, muy rápido en su salida.

El Athletic tendría dos opciones más, una de Iñaki Williams al lateral de la red y otra de Berenguer que salió a las manos de Oblak.

Daba la sensación de que el partido estaba en su sitio para sacar tajada. Simeone metió tres cambios de golpe y entre Llorente y Julián Álvarez cogerían desajustado al equipo para hacer el gol del partido.

Fue justo antes de una ocasión clarísima de Berenguer tras pase de Gorosabel. Luego vendrían los tres palos, el de la peinada de Beñat y volea al larguero de Iñaki. El colmo de la desgracia fue el otro maderazo con Oblak batido. No pudo ser. Toca poner todos los sentidos en la Roma. A por ella.