Athletic Club - Sevilla FC

El Athletic Club ha perdido 1-3 ante el Sevilla en San Mamés. Aduriz ha marcado el gol rojiblanco y Luis Fabiano, en dos ocasiones, y Martí han hecho los goles hispalenses.
Si el partido era difícil de antemano por la situación de ambos conjuntos en la tabla, unos en descenso a la hora de empezar el mismo y otros luchando por la Liga, los diez primeros minutos se han convertido en una losa insuperable. Demasiado pronto se han juntado la calidad visitante, la mala suerte y las debilidades de nuestro conjunto.

El primer tiempo ha mostrado a un Athletic sin circulación de balón, con excesivos balones largos, casi siempre por la derecha, un querer y no poder. En la segunda mitad se ha mejorado la presión sobre la salida del balón rival, el equipo se ha colocado mejor en el campo, ha aumentado el ritmo de juego y hasta la entrega ha parecido superar en intensidad a la de la primera mitad, tanto es así que durante algunos minutos se ha obtenido la impresión de que la igualada podía llegar.

Nada más salir los sevillanos han marcado el territorio con mayor posesión del balón, verticalidad y criterio. Para más inri a los cinco minutos su primera llegada ha sido gol: un magnífico centro de Kanouté ha sido rematado de cabeza a la red por Luis Fabiano. La respuesta inmediata del Athletic no se ha hecho esperar, pero el cabezazo de Urzaiz ha sido despejado por Poulsen bajo palos.

El cero a uno era una carga enorme y no digamos nada del cero a dos y más por la forma en la que ha llegado. El árbitro ha señalado mano de Murillo en un salto, Puerta ha querido sacar rápido, pero Martí le ha pedido calma. Se ha encargado él de golpear al segundo palo, pero el balón que iba a considerable altura ha bajado por acción del viento. El adelantamiento de Lafuente ha hecho el resto. El desánimo ha cundido en las filas rojiblancas, pese a que en el minuto 18 un buen centro de Murillo desde la derecha, banda casi utilizada en exclusiva para llegar arriba, ha sido rematado muy bien de cabeza por Urzaiz, pero Palop ha hecho la estirada de la noche.

El rival ha inquietado en un par de ocasiones por mediación de Kanouté, aunque siempre daba la impresión de poder hacer peligro son suma facilidad. Por parte local un par de disparos desde fuera del área de Orbaiz y Murillo han protagonizado el único peligro para Palop, lo que daba muestra de la impotencia reinante en ataque.

En el descanso Etxeberria ha reemplazado a Amorebieta y Gabilondo se ha colocado como lateral izquierdo, desplazándose Yeste a la banda del mismo lado. Alves ha intentado repetir colaboración con el viento en el minuto 46 y de ahí hasta el 1-3 final todas las ocasiones de gol han sido del Athletic, al que le sigue costando Dios y ayuda el culminar sus ataques en gol.

Como hemos reseñado anteriormente, el Athletic Club ha mejorado la presión ante la salida de balón rival, ha ocupado mejor el campo, le ha dado mayor ritmo al partido y ha hecho que circulara el esférico con más sentido aportando más garra que antes del descanso. Cierto es que el Sevilla podía sentirse cómodo con la ventaja, pero también en el primer tiempo la tenía y en la segunda parte no ha podido jugar igual. Etxeberria de volea, desviada con la punta de los dedos por Palop pese a la decisión arbitral en sentido contrario, Aduriz de cabeza y en otra jugada a la media vuelta del mismo delantero han podido marcar, pero no lo ha hecho el propio Aduriz hasta el minuto 68. Por vez primera esta temporada tras lanzamiento de falta. Yeste ha enviado al área, Prieto ha rematado de cabeza al poste y el rechace lo ha empujado Aduriz a la red. Quedaban tiempo y ganas ante un rival que parecía notar el cansancio y en el que Juande Ramos había metido a Renato por Kanouté y a Alfaro por Hinkel. Mientras que en el nuestro Garmendia volvía al equipo para ocupar la plaza de Javi Martínez. Para completar los cambios reglamentarios el Sevilla ha metido a Javi Navarro por Drago para pasar a jugar con tres centrales y retrasar a Puerta, mientras que Sarriugarte ha introducido a Llorente en el lugar de Urzaiz a falta de poco más de un cuarto de hora.

El riesgo adquirido ha hecho que el equipo se partiera por momentos en dos, pero el equipo ha seguido porfiando hasta el último minuto. Ustaritz en el minuto 84 con disparo alto y Gabilondo en el minuto 90 a las manos de Palop, ambos desde fuera del área, se han acercado al gol, pero la lesión muscular de Ustaritz antes de cumplirse el tiempo reglamentario han convertido la hipotética ofensiva final en un bálsamo para el Sevilla que ha gestionado bien su ventaja y ha marcado incluso el tercer gol tras un contragolpe culminado por Luis Fabiano en el minuto 95.

El Athletic Club está en puestos de descenso antes de la visita al Bernabéu y tendrá que mejorar bastante para salir de ahí. La asignatura pendiente y clave a la vez es ganar en San Mamés circunstancia que no se produce desde el último partido de la temporada 2005-2006. Urge ganar en casa por la importancia de los puntos y porque la afición se lo merece de largo. Ante el Sevilla hay que decir que el público no ha sucumbido a la tentación de entregarse a la crítica fácil y pese al comienzo cuesta arriba y al conocido final ha estado con el equipo, mejor casi imposible, de sobresaliente alto, animando en los peores momentos y mostrando ser consciente de la difícil situación, algo que haríamos bien en no confundir con hastío o pasotismo por mucho que el juego ofrecido no haya sido tampoco hoy el deseado.

Para ‘redondear’ una nefasta jornada, podíamos otorgar el inexistente galardón del mentecato de la semana haciendo mención al acta arbitral. En la misma se recoge la circunstancia de que Marcos Fidel Álvarez, preparador físico del Sevilla con licencia para ejercer y ficha no tramitada por lo que le han desalojado dos veces del banquillo, se ha dirigido al público al final del partido gritando ‘a Segunda, a Segunda’ haciendo gestos ostensibles con dos dedos, se supone que en forma de uve. Por el bien del Sevilla deseamos que su racha se prolongue en el tiempo y que sus recientes títulos y el estupendo equipo que posee no entierren su memoria histórica repleta de momentos no tan felices y manifestaciones para mantener la categoría en agosto de 1995. Si Fidel no lo sabía, que alguien se lo explique o si ya lo sabía, que se lo recuerde.