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- 2010-11
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Villarreal CF - Athletic Club
- 38' Nilmar
- 45' Cazorla
- 83' Rossi
- 91' Jeff. Montero
- Llorente 6'
UbicaciónEl Madrigal , Vila-real
Buen comienzo y pésimo final
Villarreal 4 Athletic Club 1El Athletic Club ha perdido 4-1 en El Madrigal. Llorente ha…
Villarreal 4 Athletic Club 1
El Athletic Club ha perdido 4-1 en El Madrigal. Llorente ha logrado el gol rojiblanco, pero posteriormente Nilmar, Cazorla, Rossi y Montero han dado la vuelta al resultado. Los rojiblancos han comenzado bien ambos períodos, pero los diez últimos minutos de cada uno de ellos han sido demoledores. El salto de calidad deberá esperar y sin más dilación llegarán esta semana a San Mamés el Alcorcón y el Almería, pruebas a superar. Además de la derrota, las peores secuelas han sido la expulsión de Aurtenetxe, la quinta cartulina amarilla de Gurpegi y la lesión de Susaeta.
En el campo en el que siempre ocurre algo, la mayoría de las ocasiones con tinte pelín negativo, nuestro equipo ha empezado sin complejos, con firmeza y con la sana intención de llevar el peso del partido, siempre con la duda de si ante un equipo de las características del Villarreal es mejor cerrarse atrás o presionar y adelantar la línea defensiva.
Sea como fuere, para el minuto 6 de juego el Athletic Club ha recogido lo sembrado con inusitada rapidez. Aurtenetxe, única novedad en el once inicial con respecto al del pasado domingo, ha servido al corazón del área donde Llorente ha marcado de cabeza su séptimo gol en Liga y ha seguido manteniendo la racha goleadora del Athletic en todos los partidos que lleva disputados durante la presente temporada. Inmejorable inicio de partido, sin duda.
El Athletic no ha dado un paso atrás y ha seguido buscando la meta rival, aunque en el último pase se han malogrado cantidad de llegadas. Enfrente, por el contrario, es difícil que el Villarreal no genere peligro aún sin jugar a gusto. Por ejemplo Rossi lo ha intentado de manera atropellada a los diez minutos y Musacchio ha rematado fuera de cabeza a continuación. El italiano lo ha tenido más fácil al cuarto de hora, pero no ha podido con la salida de Iraizoz.
En el otro partido, el de las tarjetas, ese que se sabe siempre cómo empieza pero nunca de qué modo acaba, Valero ha sido el primer amonestado, y Munian y Musacchio se han sumado enseguida. Este último con la mala fortuna de hacerlo al lesionar a Susaeta tras una fuerte entrada. Nuestro jugador ha tenido que dejar el terreno con media hora de juego por cumplirse y su lugar lo ha ocupado De Marcos.
La contienda ya estaba caliente, azuzada por un público que hasta el gol del empate se ha dedicado, otro clásico, a silbar ora al colegiado, -al que gustan llamar casi siempre burro-, ora al equipo rival, incluso afeando a Susaeta su excesivamente dilatado en el tiempo sufrimiento tras el golpe recibido.
De cualquier forma, el partido ya no ha sido el mismo para el Athletic y todo ha ido empeorando en la última decena de minutos de cada mitad. El encuentro parecía bajo control para nuestro equipo, al menos si se puede calificar así la ausencia de ocasiones rivales, pero en el minuto 39, por parte de un equipo que basa casi todo su potencial en el juego interior, un balón templado desde la línea medular hacia el poste más alejado ha propiciado el remate de cabeza de Nilmar, y el consiguiente empate a un gol. Al de poco un remate de Cani ha rozado en Gurpegi e Iraizoz ha sacado una buena mano.
En estos casos la experiencia aconseja la conjura para llegar con vida al vestuario. En ese trance Rossi ha elevado en exceso un intento de vaselina. Sin embargo, cuando el reloj desgranaba sus últimos segundos, Iraizoz ha recibido una cesión y, en vez de enviar en largo, ha optado por intentar sacar la pelota jugada por abajo, una sana costumbre muy utilizada en la presente campaña, aunque en esa jugada hoy no le haya salido bien.
El guardameta ha calculado mal su pase y se lo ha servido en bandeja a Cazorla, quien pasaba por allí y quien no ha dudado en lanzar raso desde fuera del área para conseguir romper la igualada. Como en Sevilla nos sucediera, si bien por distintas razones, el equipo se retiraba al descanso con la pelota de ping-pong en la nariz. Antes de ir al vestuario incluso Capdevila ha tenido otra nueva opción, pero el guardameta la ha solventado mejor que la anterior.
En la segunda mitad Gabilondo ha salido por Muniain y el Athletic con las mismas ganas de llevar el peso del partido. La diferencia estribaba en que el Villarreal estaba más cómodo en el campo y afilaba sus armas basadas en la velocidad al contragolpe. Las tres primeras ocasiones han sido rojiblancas. En el 53 De Marcos ha culminado con un chut flojo una buena jugada colectiva; casi a renglón seguido, Gabilondo se ha metido hasta la cocina, pero Diego López ha salvado con la punta del pie y en el 56 Llorente no se ha atrevido a tirar con todo a su favor.
El duelo estaba cada más roto y proliferaban los espacios lo que, con el Villarreal de por medio, es sinónimo de riesgo. Y eso que la primera opción amarilla no ha llegado hasta el minuto 67, con disparo raso cruzado de Rossi, pero conforme pasaban los minutos la cosa se iba a ir complicando y de qué manera.
Caparrós ha sacado a Ion Vélez por Toquero en el 68 y en el 70 Senna ha reforzado la medular al suplir a Cani, pasando Valero a la banda izquierda. Los intentos del Athletic eran baldíos y el Villarreal creaba cada vez más peligro. Borja Valero ha disparado al palo y al de muy poco tiempo, minuto 77, por si las dificultades anteriores no eran suficientes, Aurtenetxe ha visto la segunda cartulina amarilla, fácil elección para el colegiado.
De Marcos se ha movido al lateral izquierdo y, entonces sí, han menudeado las ocasiones locales. En las dos primeras Rossi ha estado desacertado, en la tercera no y ha resuelto bien delante de Iraizoz. La pena se ha multiplicado porque segundos antes Diego López ha sacado con los pies bajo el larguero y sin saber muy bien cómo, un chut de Ion Vélez.
Con uno menos y ya en la década más maldita del reloj este fin de semana, Jefferson Montero ha echado más sal a la herida con el cuarto gol. Quizá excesiva diferencia, y una pena, también por los centenares de hinchas que nos han arropado en los peores momentos pero aunque hubiera sido menor, se trata de olvidar la derrota, aprender de los errores y dar cuenta en la medida de lo posible de la doble Al, Alcorcón-Almería durante esta semana. En Villarreal, ese campo donde siempre ocurre algo, otra vez será.