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Athletic Club - UD Almería
- 10' Llorente
UbicaciónSan Mamés , Bilbo
Juego y casta para superar las dificultades
Athletic Club 1-UD Almería 0El Athletic Club ha vencido por 1-0 a la UD Almería,…
Athletic Club 1-UD Almería 0
El Athletic Club ha vencido por 1-0 a la UD Almería, con gol de Fernando Llorente en el minuto 10 de juego y que ha resultado suficiente para llevarse los tres puntos, todo ello en un partido en el que nuestro equipo ha terminado con nueve jugadores tras las expulsiones de Koikili y Castillo. La grada de San Mamés se ha mostrado especialmente irritada por la actuación arbitral, pero sobre todo ha empujado lo suyo para ayudar a que el equipo se mantuviera a flote en los peores momentos.
A fin de cuentas, podemos hablar en primer lugar del orgullo de pertenencia que lleva incluido no sólo el triunfo final, sino el modo de conseguirlo, más allá del valor de los tres puntos en la tercera victoria casera consecutiva en la Liga, cuarta victoria seguida si computamos también la de Copa ante el Alcorcón y la vuelta a mantener la portería a cero. Un encuentro que muestra bien a las claras algunas de las virtudes que lleva aparejadas el ser jugador o seguidor de este equipo, capaz de hacer aflorar ciertos sentimientos reservados a las grandes citas en un partido llamémosle “normal”.
Un enfrentamiento que el Athletic ha ganado en la primera parte por juego y en la segunda por casta y por saber leer perfectamente el partido por encima de todos los imponderables de muy diversa índole y procedencia. La contienda ha empezado a tomar cuerpo muy pronto. Gurpegi ha sido empujado por Juanma Ortiz y el colegiado ha decretado penalti. San José lo ha lanzado, pero Diego Alves ha seguido haciendo honor a su condición de avezado parapenaltis, y lo ha hecho además aprovechándose de su intuición y del adelantamiento de su posición. Buen despeje, pero el lanzamiento debió repetirse. La pena máxima sólo lo fue para el Athletic durante pocos segundos, ya que nuestro equipo ha seguido con la presión a un ritmo infernal y las rápidas recuperaciones daban la oportunidad de volver a poner cerco la meta rival. En una de estas, el centro de Igor Martínez, sustituto de Toquero, lo ha rematado Llorente con la derecha y la estirada de Alves no ha sido suficiente obstáculo para impedir el único gol de la ventosa tarde, octavo del delantero en Liga.
El Athletic no ha aflojado el ritmo. De hecho durante toda la primera mitad ha sido el dueño absoluto de las operaciones, ha triangulado y ha jugado en largo, ha atacado por la derecha y por la izquierda y ha creado ocasiones como para no dejar en manos de la épica la consecución de los tres puntos. Muniain ha protagonizado una buena galopada con Llorente, si bien el chut de este último se ha marchado fuera, como lo ha hecho por encima del larguero el remate de Susaeta en el 19.
En esas estábamos cuando una inocente tarjeta mostrada a Koikili antes de la media hora, a la larga no lo ha sido tanto. Al de Otxandio le han enseñado la cartulina amarilla cuando ha despejado perfectamente el balón, sin contacto con el rival. Ha seguido a lo suyo, rumiando las razones de la amonestación, e incluso ha disparado por encima del larguero en el 28, mientras que Gurpegi, al ver una tarjeta difícilmente recurrible, era el primero que de facto ya no estaba en la cita del Bernabéu. Llorente ha rematado fuera por poco de cabeza en el 40 y el partido era un monólogo rojiblanco, pero faltaban los imponderables e incontrolables, porque Koikili, de aquellos polvos estos lodos, ha visto en el último minuto de la primera mitad la segunda, ésta más clara de largo que la primera. El colegiado no ha señalado la falta cometida sobre Iraola y el lateral zurdo ha enfilado el camino a los vestuarios tras agarrar de la camiseta a Ulloa, pero que sin la anterior no podía significar roja y expulsión.
Ventaja en el marcador, pero nuevo problema en la pizarra. Castillo ha entrado por Igor Martínez, Muniain se ha colocado más al centro junto a Llorente (trabajo enorme de desgaste el de ambos) en el 4-3-2 diseñado ad hoc por Caparrós y, por su parte, el Almería ha avisado con un chut desde lejos, una de las dos ocasiones de las que ha dispuesto en todo el partido. Sin embargo, el Athletic ha respondido pronto y bien, con entereza y con capacidad de generar peligro, dejando en el olvido asimismo la etiqueta de equipo que se derrumba tras quedarse en inferioridad numérica.
De hecho, las ocasiones han sido rojiblancas, como la de Muniain en el 51, repelida por Alves. Luego a Llorente se le han subido a la chepa en lo que parecía ser un penalti flagrante y aquí podemos abrir un paréntesis con toque bíblico: “Bienaventurados los que creían que a Llorente, por quítame allá un campeonato mundial le iban a pitar penaltis hasta desgastarse el garbanzo del silbato, porque podrán sentarse a esperar”. De hecho la sensación reinante es que le pitan más faltas que las que recibe. Entre lamento y lamento de los jugadores y el concierto de viento por parte del público Iraola ha probado infructuosamente a Diego Alves desde fuera del área. El Athletic carburaba y la grada estaba ya sin el freno de mano. Conforme pasaban los minutos todos y cada uno de los asistentes era consciente del tinte épico que estaba tomando la contienda.
La UD Almería ha tenido su segunda ocasión, como la primera, en las botas de Goitom, pero la respuesta de Iraizoz a su fuerte chut no le ha ido a la zaga. Por contabilizar, una tercera opción ha sido un remate de Carlos García que ha terminado en las mallas, pero ha cabeceado en posición de fuera de juego.
La cosa transcurría con un Athletic relativamente tranquilo pese a la inferioridad numérica, con un indisimulado cabreo en las tribunas y con un criterio arbitral dispar a pie de campo. Mientras Javi Martínez saltaba para salvar las espinillas ante Vargas, el aficionado recordaba a Amorebieta camino de los vestuarios frente al FC Barcelona. Tras un testarazo excesivamente alto del citado centrocampista, en el minuto 68 Castillo veía la roja por derribar a Goitom siendo teóricamente el último defensor y con ocasión manifiesta de gol por delante. Por pura casualidad, horas más tarde en el Camp Nou una jugada similar tenía distinta resolución. Es lo que tiene la casualidad, la causalidad y el daño que le hace a la gente ver tanta TV.
Los que en las maduras mantenían aún el tipo, incluso se atrevían a bromear en torno a lo caro que está jugar dos partidos seguidos en la banda izquierda o buscaban razones de fondo a la presencia de cuatro laterales zurdos en la plantilla. Por de pronto Lillo ha acelerado la entrada al alimón de tres de sus habituales Piatti, Corona y Crusat, en detrimento de Marcelo Silva, Goitom y Vargas. Ufffff… como en el circo, no sólo nos crecían los enanos, sino que se antojaba más difícil todavía con un cuarto de partido aún por disputar.
Gurpegi se ha colocado de provisional lateral zurdo y en una de esas el balón le ha dado en el cuerpo y de rebote en la mano. De haber sido una acción intencionada, el colegiado tenía la oportunidad perfecta de rizar el rizo y dejarnos con ocho para mayor disfrute de los cardiólogos y de los guionistas de desenlaces épicos. Ítem más, a raíz del lance, incluso algunos habrán podido hablar de que el gran perjudicado de la actuación arbitral ha sido el Almería y se habrán quedado tan anchos.
Ya en el 73 Gabilondo ha suplido a Susaeta y se ha colocado de lateral izquierdo. El anterior 4-3-2 ha pasado a un 4-4 a secas, con un trabajo modélico desde el primero hasta el último de los jugadores y lo curioso ha sido que nuestro equipo no ha pasado excesivos apuros. La perfecta simbiosis entre el público y los portadores de la camiseta rojiblanca, ha hecho el resto. De hecho el entrenador almeriense, Juan Manuel Lillo, ha afirmado en la sala de prensa que su equipo ha jugado al ritmo marcado por la presión de los aficionados de nuestro equipo y no le faltaba razón. El orden y el orgullo de los locales han dejado secas las meninges de los visitantes y la importancia de que se quedaran los puntos en casa ha hecho el resto.
A falta de cinco minutos Iker Muniain se ha ganado el aplauso unánime de la grada al ceder su plaza a David López y al de muy poco ha podido compartir esa sensación con sus compañeros a pie de campo. Jugadores y público se han agradecido mutuamente el haber salido victoriosos ante la adversidad pese a tener que pagar el peaje, más o menos injusto, de tener tres bajas aseguradas para el duelo del Santiago Bernabéu. Allí espera un colegiado al que independientemente de tener las peores estadísticas con nuestro equipo, por ser el próximo en liza, nuestro presidente ha solicitado única y exclusivamente igualdad de criterio para todos (sus palabras se pueden escuchar en esta misma página). Quizá habría sido más fácil escudarse en el buen juego y la casta, hablar de triunfo y dejar correr la bola, pero por encima del resultado entre nuestros aficionados está presente una percepción que no está de más socializar. Y mientras tanto, también tiene que haber tiempo para disfrutar de estos tres puntos, más dulces de lo normal, por lo que ha costado conseguirlos.
El Athletic Club ha alineado a Iraizoz; Iraola, San José, Ustaritz, Koikili; Susaeta, Gurpegi, Javi Martinez, Muniain; Igor Martinez y Llorente. En el banquillo estarán Raul, David Lopez, Gabilondo, Orbaiz, Iñigo Perez, Ion Velez y Castillo. Iturraspe, Balenziaga, Toquero y De Marcos se han quedado fuera de la convocatoria.
La UD Almería ha alineado a Diego Alves; Michel, Marcelo Silva, Jacobsen; Mo, Bernardello, Vargas; J. Ortiz, Goitom y Ulloa. En el banquillo estarán Esteban; K. Uche, Crusat, Diego Valeri, P. Piatti, Corona y Santi.
Ha arbitrado Velasco Carballo, asistido por Alonso y Andrés.