Athletic Club - FC Barcelona
Jornada 12
Liga

Athletic Club - FC Barcelona

Athletic Club
Athletic Club
22
FC Barcelona
FC Barcelona
  • 21' Ander Herrera
  • 79' Llorente
  • Fàbregas 23'
  • Messi 91'

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

Sabor agridulce para un partidazo

Athletic Club 2 FC Barcelona 2 El Athletic Club y el FC Barcelona han empatado…

Athletic Club

Athletic Club 2 FC Barcelona 2

El Athletic Club y el FC Barcelona han empatado a dos goles en San Mamés. Herrera y Llorente han adelantado por dos veces a nuestro equipo y Fabregas y Messi han igualado otras tantas la contienda. En teoría un buen punto ante el considerado mejor equipo del mundo y décimo partido consecutivo sin conocer la derrota en un partidazo con mayúsculas, por juego, intensidad, calidad e incomparable ambiente, pero que deja un sabor agridulce por cuándo y cómo ha llegado el dos a dos. Empero, seguro que en los próximos días y con el parón liguero de por medio, habrá tiempo de sobra para extraer conclusiones aun más positivas. A su final, en Sevilla, Amorebieta e Iturraspe no podrán participar porque presumiblemente serán sancionados.

Todo lo anterior sin obviar la realidad. A buen seguro jornadas atrás miles de socios y aficionados rojiblancos habrían firmado las bondades de un empate y otros tantos se sumaban, posteriormente, después de ver cómo el FC Barcelona encaraba el partido, con dos días más de descanso que nuestro equipo por mor de unos calendarios diseñados con los pies, con varios de sus jugadores claves reservados… y los miles que faltaban lo habrían suscrito al ver no sólo la alineación, sino también el modo con el que los azulgranas afrontaban el partido a la hora de intentar superar la presión que tenían decidida los pupilos de Bielsa.
Porque la apuesta de salir a jugar al Barcelona con las armas propias, sin variar el discurso, de tú a tú con todos los pros y los contras inherentes al desafío futbolístico, se ha visto pronto en toda su dimensión. De hecho al segundo minuto una serie perfecta de triangulaciones han permitido a Adriano encarar a Iraizoz y éste ha detenido el balón sobre la línea.

El trepidante inicio no ha retraído ni a público ni a jugadores (la lluvia era el artista invitado de la hora y media de fútbol puro) porque ambos equipos han seguido a lo suyo. En el Athletic, lo que evidentemente más nos ocupa, bien repartidos los jugadores por el campo, pero con misiones perfectamente definidas que se resumían en que el visitante no moviera el cuero con la diligencia, celeridad y, a veces, facilidad con que lo consigue hacer de manera habitual. Paralelamente se esperaba atacar rápido y con contundencia a un equipo acostumbrado a recibir una media de ¡una ocasión por partido!

Visto lo visto, tampoco hacía falta poseer dotes adivinatorias para prever un partido trepidante, en el que no se mezclaban alto ritmo con desmadre, ni intensidad con rifa generalizada de balones. Es más, en algunos lances del partido si se les puede achacar algo a nuestros jugadores es la pérdida de algún balón por intentar rizar el rizo.

Tras el aviso blaugrana, Herrera ha marcado la senda por la que iba a caminar su primer gol, lo ha hecho en el minuto 13 con un balón a las manos de Valdés, a quien ha quebrado su prolongada imbatibilidad en el minuto 19 tras una espectacular jugada con resbalón de Mascherano, buena incursión de Susaeta por la izquierda y pase de la muerte para que Herrera colocara, esta vez sí, la rosca necesaria lejos del alcance del guardameta. Golazo, segundo en una semana y nuevas perspectivas.

Lo que no ha sido nueva, por conocida y esperada, ha sido la reacción del FC Barcelona, que ha hilado quizá sus mejores minutos del partido. Primero en el 22 Alves ha rematado en jugada ensayada, pero Iraizoz ha sacado con los pies. Desgraciadamente, un gran pase de Abidal a Fabregas en el 23 ha terminado con cabezazo perfecto de éste y empate en el marcador. Messi lo ha intentado, fuera, en el 25 y poco después Iraizoz desbarataba con el pie, hoy una de sus armas favoritas, la llegada de Iniesta.

Pasadas las inclemencias futbolísticas, los rojiblancos han retomado el pulso a presión y las opciones de marcar han vuelto a su lado. Primero en el 35 cuando la conexión con Herrera ha funcionado, pero su asistencia a Muniain ha terminado con una remate forzado de éste detenido por el cancerbero.

Tras un disparo fuera de Xavi, en el 38 Adriano ha agarrado a Iraola de la camiseta dentro del área, una jugada en la que quizá la lluvia ha hecho que el colegiado y, sobre todo, su asistente, no se hayan apercibido de lo que casi todo San Mamés ha visto. Con todo el empacho de fútbol vivido, no puede considerarse decisiva la actuación arbitral, pese a un par de fueras de juego que no eran, excesiva rigurosidad en faltas en contra durante la segunda parte y alguna cartulina no mostrada a jugadores azulgranas.

Con todo por decidir, retirada a los vestuarios y la duda y respuesta de siempre: ¿Aguantaría el equipo el trote físico en la segunda mitad y más cómo se está poniendo el campo? Pues va a ser que sí, es más hasta ha sido capaz de llevar a los culés a su vertiginoso intercambio de golpes. Como ejemplo, ahí andaban, antes del 2-1, en el minuto casi 80 presionando los saques de Valdés como si el balón acabara de comenzar a rodar.

Y de tú a tú han seguido las cosas en la segunda parte, con la salvedad de que algunas zonas del campo ya estaban peor para la triangulación y convidaban a jugar en largo. Y a punto ha estado de costarle un disgusto a nuestro equipo tras un intento de cesión de Javi Martínez en el 49 que se ha quedado en tierra de nadie y que Iniesta ha querido resolver con una vaselina por encima de Iraizoz, aunque éste ha atrapado bien, como había despejado poco antes un envenenado centro que esperaba para rematar Piqué.

En el área contraria Herrera ha pedido penalti, que no lo parecía, en un salto con Mascherano. A la hora de juego Iraizoz ha frenado a Messi y Guardiola, como andaba escaso de efectivos sobre el gran césped de La Catedral, ha introducido a Alexis en lugar de Xavi con el consiguiente retraso de Cesc Fabregas.

El Athletic, cansino en el buen hacer, proponía marcajes estrechos, desmarques con criterio e incluso se dejaba llegar por la inercia al intentar sacar el balón jugado en zonas de alto riesgo. En esas Amorebieta ha recibido una cartulina amarilla pelín excesiva por tocar a Cesc en la espalda, falta peligrosa que ha causado menos peligro que un derechazo anterior de Adriano, quien al de poco ha dejado el sitio a Villa, otro juvenil.

Nuestro equipo conseguía al menos que en varias jugadas la salida del balón no fuera tan clara por parte de los blaugranas y en una de esas jugadas la presión ha obligado a Mascherano a ceder de mala manera y el balón ha terminado en córner. Herrera lo ha lanzado de dentro a fuera, el balón ha tocado en la rodilla de Llorente y, cuando se colaba, Piqué lo ha acabado de meter. Locura colectiva también en la gradas, o en la mayor parte al menos. Thiago ya estaba listo para entrar y Piqué se ha retirado.

Diez minutos más la prórroga, hazaña en ciernes y sufrimiento porque si algo tiene el Barcelona es que cree en lo que hace. Iniesta fuera con la zurda en el 84, Iñigo Pérez por Susaeta, el balón rápido de un lado a otro y el cronómetro demasiado lento. Turno para Villa, con chut detenido por Gorka Iraizoz y posterior ocasión despejada con el pie en el 85. Ibai en el sitio de Muniain. Para más inri, Amorebieta en el 89 ha visto la cartulina amarilla y al ser la segunda ha tenido que abandonar el terreno de juego. Llorente, en su noche más agradecida a la hora de compartir vivencias con la afición, ha dejado su sitio a San José.

Con su camiseta desgarrada, la imagen del delantero nacido en Iruñea, criado en tierra riojana y formado y residente en Bizkaia, simbolizaba el Athletic de hoy: lucha, coraje, garra, determinación en la presión y en el remate, orgullo de pertenencia. Un sensación reconfortante que perdura, pero que ha quedado atenuada en el descuento cuando Iturraspe en su afán de despejar ha privado a Iraizoz de coger la pelota, Javi Martínez no ha podido alejarla lo suficiente y Messi, quien había introducido el balón en el área, empataba para hacer justicia a los desvelos de ambos equipos, pero para dejarnos con ese sabor agridulce del que hablábamos al principio.

Sin embargo, no se puede obviar que la buena racha global, con siete partidos de Liga seguidos sumando puntos incluidos, y la sensación de ser un equipo compacto y similar fuera y en casa, hace que la pena por lo que pudo ser y no fue lo sea menos a la espera de que el nuevo parón permita recargar las pilas para los venideros e igualmente exigentes desafíos.