Marcó de penalti y propició los goles de Maroan y Robert Navarro ante un rival crecidísimo en la segunda mitad
El Athletic Club ha abierto con un triunfo carísimo LaLiga. Se ha llevado los tres puntos con una victoria en la que ha tenido que sudar sangre para tumbar a un Sevilla FC muy crecido en la segunda mitad. Nico Williams, que ha puesto a San Mamés a sus pies, ha sido el líder toda la tarde. Provocó el penalti que abrió el marcador y tomó la responsabilidad de anotarlo. De seguido, asistió a Maroan para el 2-0 y cuando se habían puesto las cosas muy difíciles con el rival apretando sin parar a Simón hasta marcar los dos goles del empate, se inventó una jugada que permitió a su amigo Robert Navarro marcar el 3-2 decisivo en su estreno. Normal que el del Mallorca le limpiase la bota…
Fue un partido de un ritmo tremendo, de unos cambios de panorama alucinantes. Salió mandón el Athletic, provocando muchas llegadas y córners, pero Simón pronto tuvo que ajustarse los guantes en un disparo de Akor. Los leones mandaban con cierta placidez ante un rival acomplejado, que sólo se estiró en un centro de Lukebakio que desvió Jauregizar al poste.
El 1-0 llegó en el minuto 33. Berenguer lanzó en profundidad a Nico Williams, que fue derribado por Juanlu. El menor de los Williams engañó a Nyland y se besó por primera vez varias veces el escudo. No se conformó el internacional y asistió a Maroan en una acción por la izquierda, que el ariete envió a las mallas a placer.
El Sevilla FC se transformó tras el descanso. Dio un paso al frente sin complejos y puso contra las cuerdas a los leones. Cierto es que Nico tuvo el 3-0 con un zurdazo a la madera nada más empezar. Simón hizo una buena parada a Gudelj, pero un descomunal zurdazo a la escuadra de Lukebakio fue ya imposible.
Akor, por dos veces, tuvo el empate en sus botas, pero llegó en un zurdazo de Agoumé en el minuto 71. Nico se puso a tirar del carro de nuevo y el Athletic cazó pieza diez minutos después. Se inventó una jugada tremenda y Robert Navarro en boca de gol llevó la felicidad a las gradas, repuestas del bajón del empate. Seguro que el socio número 1, Virumbrales, respiró aliviado desde el cielo. Tocó aguantar el último arreón, en el que incluso el debutante Rego ayudó con una pierna salvadora.
