Real Sporting de Gijón - Athletic Club

El Athletic Club ha empatado a un gol frente al Sporting de Gijón, tantos obra de Bilic y Amorebieta, ambos en la segunda parte, aunque el colegiado en el acta se lo adjudica a Iraola. Un punto importante que permite a nuestro equipo mantener la distancia con el antepenúltimo clasificado, siete puntos, además del golaverage particular, cuando faltan cuatro partidos por disputar. Trabajo a destajo y poco juego, aunque el Athletic Club ha vuelto a demostrar que, a pesar de todos los pesares, muestra una gran efectividad de cara a la portería rival. La contienda ha visto el debut de Adrien Goñi, con lo que se eleva a 30 los jugadores utilizados en lo que llevamos de Liga. Trabajado punto ante un rival muy necesitado y bien arropado que habrá que hacer bueno el sábado ante el Real Betis, última cita antes de la final copera.

El Sporting ha salido decidido a llevar la iniciativa del choque y así lo ha demostrado, aunque con más ruido que nueces, deseosos de demostrar a su afición que merecía la pena el esfuerzo. Desgraciadamente nuestro equipo no ha sabido aprovechar las carencias que generan las prisas y las urgencias clasificatorias. Llegaba fácil al borde del área el cuadro local, pero sus ocasiones no eran claras. Un par de disparos fuera de Barral y un chut de Sastre que Iraizoz ha rechazado en corto han sido lo más reseñable de la primera oleada. Eso y la lesión de Llorente al recibir un golpe en el cuádriceps al defender un balón al poco de comenzar. Ha intentado seguir, pero ha tenido que dejar su sitio a Ion Vélez en el minuto 19. El Sporting lo intentaba, pero pese a monopolizar el cuero sólo ha podido apuntar en su haber un testarazo de Michel atrapado por Iraizoz sin mayores dificultades.

El Athletic, más o menos, pasaba por ahí y de muy poco ha hecho casi tanto o peligro como el rival: Iraola no ha atinado a concretar una peinada de Ion Vélez y el recién entrado delantero ha tenido el gol al filo del descanso, pero su remate se ha topado con las piernas de Cuéllar.

Tras la reanudación Muñoz ha entrado por el debutante Adrien Goñi, a quien le ha tocado estrenarse en una primera parte de balones de altos vuelos. El reto para la segunda era tener más presencia y, por el contrario, el Sporting ha preferido dejar que el Athletic saliera de la cueva. Tras un suave cabezazo de Martínez en el minuto 48, el ambiente se ha ido caldeando, más por el empuje de la grada que por el de los jugadores. Se ha pedido penalti en el minuto 56 cuando un balón ha caído sobre el brazo de Amorebieta tras ser desequilibrado por un atacante.
Desgraciadamente cuando el Athletic parecía capear el temporal y tenerlo todo bajo control, una indecisión a la hora de recoger un balón suelto entre Iraola y Javi Martínez, ha permitido a Diego Castro centrar al área para que Bilic cabeceara a las mallas. Locura en el Molinón y las calculadoras a pleno rendimiento.

Cuesta arriba, ha entrado Etxeberria por Del Olmo con el Sporting como pez en el agua a la hora de disfrutar de espacios. Bilic no lo ha aprovechado en el 71 y el partido se ha roto definitivamente, por lo que cada llegada era sinónimo de peligro. Iraola ha disparado al poste en el 77 y a la salida del córner Amorebieta se ha encontrado con la parada de Cuéllar. A renglón seguido no ha llegado Carmelo por muy poco a centro de Bilic y en esos momentos Preciado ha decidido sosegar la contienda con las armas que todos, o casi todos, los equipos utilizan, léase, pérdida de tiempo y cambios disponibles. Luis Morán y Matabuena han suplido a Carmelo y Diego Castro, pero no contaban con que nuestro equipo tiene grandes carencias pero una virtud que le hace no dar nada por perdido aún en las peores circunstancias y hoy no ha sido una excepción para gozo de los cientos de aficionados que han tragado sapos y culebras hasta el descuento. Ion Vélez ha lanzado desde el borde el área en el 90, pero el balón ha ido a córner. Susaeta lo ha lanzado, ha tocado Etxeberria y Amorebieta ha marcado, pese a que un defensa ha sacado el balón de dentro con el brazo. Menos mal que Iraola ha remachado porque viendo el acta no ha parecido ver la jugada de Amorebieta. Un gol trabajado, como el triunfo mismo.