Athletic Club - Real Sporting de Gijón
Cuartos de final
Copa

Athletic Club - Real Sporting de Gijón

Athletic Club
Athletic Club
00
Real Sporting de Gijón
Real Sporting de Gijón

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

Athletic Club 0 Sporting de Gijón 0

El Athletic Club y el Sporting han empatado sin goles en la ida de los…

Athletic Club

El Athletic Club y el Sporting han empatado sin goles en la ida de los cuartos de final de Copa, por lo que las espadas quedan en alto de cara a la próxima semana. Lo peor será jugar en un ambiente favorable al equipo de casa, lo mejor que el hecho de no encajar tanto alguno en la ida hace que cualquier igualada con goles signifique la clasificación.

Por resumir, el Athletic Club ha hecho uno de sus peores partidos en lo que llevamos de temporada, sin ritmo, sin fuerzas, sin acertar en las combinaciones y, a pesar de todo, ha completado su décimo encuentro consecutivo sin perder y sigue vivo en la eliminatoria. Paradójicamente, la mejor ocasión del encuentro ha estado en las botas de Fernando Llorente en el minuto 28, pero su lanzamiento de penalti se ha ido fuera.

Desgraciadamente el Athletic Club ha visto como desaparecían de un plumazo la garra y el empuje de los últimos partidos cuando más se esperaban por San Mamés. Por una parte por las carencias propias y, por otra, por los méritos de un rival que ha parecido haber aprendido de sus flaquezas ligueras. Los asturianos han cerrado bien todas las vías de penetración rojiblancas y, curiosidades estadísticas, han logrado la primera igualada de la presente temporada en partido oficial. Para los rojiblancos ha sido imposible imponer el habitual ritmo alto de juego y en el centro del campo el Sporting ha sido casi siempre superior con dos pivotes y un media punta más bien falso, por lo que el ayer incombustible Orbaiz y Javi Martínez se las veían y deseaban con todo el tráfico reinante. Vamos, que se han colocado mejor en el campo, apoyados además en una defensa adelantada que no ha podido ser convenientemente abordada porque hacer un contragolpe parecía una quimera. Ni unos ni otros creaban peligro, el Sporting se conformaba con que los nuestros vieran a su portero de lejos y cualquier comparación de la salida del Athletic con la de los últimos partidos en San Mamés era como cotejar la noche y el día.

Para muestra el botón de la primera aproximación rojiblanca con cierto peligro… ¡en el minuto 18! Cuando Llorente ha rematado fuera de cabeza. Los visitantes han tardado un pelín más, pero luego se han afanado, al menos hasta el descanso. Su principal percutor ha sido Barral, quien en el 22 ha disparado fuera y en el minuto 24 ha chutado con toda su alma, pero se ha interpuesto el muslo de Llorente. Por un momento el duelo ha sido fiel a la leyenda copera de la ida y la vuelta y en pocos minutos el partido se ha podido inclinar para uno u otro lado. A Llorente le han hecho, como ya ocurriera en Liga, penalti. “De esos que son, pero que no se pitan”, “de esos hay muchos cada partido” etc…. Herida que se quiere tapar con la venda transpirable de que Llorente está protegido. En fin.

Con todo, engañar al guardameta no ha sido suficiente, porque el disparo ha salido alto y el efecto ha sido demoledor, si no era ya preocupante el juego del equipo. El Athletic ha entrado en una especie de depresión y el Sporting, crecido por momentos, ha disputado sus mejores momentos del partido, ha robado más balones que nunca y era tal la sensación de que podían marcar en cualquier lance que sólo le ha faltado entrar a rematar al eléctrico Preciado. Y es ahí donde reside la importancia de tener un equipo más fuerte de lo que parecía, en poder capear el temporal y en esa tarea también ha superado la prueba el guardameta. Todo lo que le ha ido lo ha atrapado o rechazado y esa faceta, la defensiva, sería de lo poco rescatable de la ida de cuartos de final. En el minuto 29 ha parado un disparo de Sastre; en el 32 ha despejado por encima del larguero un chut de Lora; en el 34 ha detenido un balón de Diego Castro y en el 44 ha desviado un duro lanzamiento de falta de David Barral.

Ni las permutas de banda entre Gabilondo y Susaeta daban aire a un equipo condenado al balón largo, pero sin sentido una veces y sin demasiados desmarques en otras, por traer algo a escena, sólo una peinada de Llorente en el minuto 43 ha hecho ejercitarse a Sergio.
Habían bastado 45 minutos para que la euforia pre-partido se rebajara y, salvo las lógicas excepciones existentes entre casi 40.000 espectadores, desde la grada se ha entendido a la perfección que la eliminatoria es a doble partido y el hecho de no recibir hacía que el pequeño corte no se convirtiese en hemorragia.
Al menos el segundo tiempo ha sido más equilibrado y el Athletic ha sufrido menos, aunque cada aproximación gijonesa era una especie de Espada de Damocles. Nuestro conjunto no estaba sobrado de fuerzas, pero pese a todo el Sporting sólo ha creado una ocasión, en el minuto 50, a disparo de Barral detenido por Gorka Iraizoz.

El técnico Joaquín Caparrós ya había introducido a David López en lugar de Gabilondo y antes de cumplirse la hora de juego Etxeberria ha suplido a Susaeta, si bien el panorama ha sido similar, ya que más allá del nivel individual de acierto de bastantes jugadores, el problema era colectivo. Sin chispa era casi imposible encender la hoguera, tarea en la que desde la grada se han afanado hasta el final, incluso en los peores momentos.

Sí lo han intentado nuestros jugadores, casi siempre por arriba, ya que las combinaciones por debajo de la rodilla eran ante el Sporting un lujo asiático, bien por la precipitación, bien por excesivos errores de cálculo, bien por querer acercarse demasiado pronto a la meta rival y, también, porque el campo estaba de lo más pesado tras tres partidos en ocho días.

A pesar de los pesares Javi Martínez ha rematado fuera de cabeza en el minuto 48, Llorente también con la testa en el 54, pero un defensa ha sacado el balón debajo de los palos, en el 65 otro cabezazo de Llorente se ha ido fuera, en el 66 David López le ha dado trabajo a Sergio y Gurpegi aire al medio del campo en el 75 al suplir a Javi Martínez. Finalmente, otro remate de cabeza de Llorente ha sido detenido por Sergio, ya en el minuto 88. Para entonces los gijoneses tenían puesta la vista en el partido de vuelta, por mucho que desde el banquillo Preciado haya intentado aprovechar el cansancio del Athletic con gente de refresco en las posiciones más adelantadas.

El Athletic Club, en medio de tanta zozobra y dosis de resignación y decepción, ha interpretado el partido en clave de eliminatoria con la esperanza de llegar la semana que viene a Gijón con la frescura mental y física necesaria para marcar y clasificarse. Mientras tanto y con diez partidos consecutivos sin ser derrotado, el Athletic viajará Almería para iniciar la segunda vuelta, a buen seguro con más de una cara nueva en el once inicial. No estaría de más no caer en la tentación de vernos reflejados en la escatológica frase que habla del corto tramo que va del estreñimiento a la diarrea, una práctica muy común por estos lares. Un partido más flojo tenía que llegar y, al menos, después del mismo, las opciones coperas siguen intactas, que no es poco.