Athletic Club - Gimnàstic de Tarragona
Jornada 25
Liga

Athletic Club - Gimnàstic de Tarragona

Athletic Club
Athletic Club
02
Gimnàstic de Tarragona
Gimnàstic de Tarragona
  • Portillo 36'
  • Pinilla 72'

UbicaciónSan Mamés , Bilbo

Athletic Club 0-Gimnàstic 2: Corazón sin cabeza

El Athletic Club no ha sabido aprovechar la oportunidad que se le presentaba para salir…

Athletic Club

El Athletic Club no ha sabido aprovechar la oportunidad que se le presentaba para salir hoy mismo de los puestos de descenso y ha sido derrotado 0-2 por el Gimnàstic de Tarragona. Portillo y Pinilla han sido los goleadores en un partido en el que nuestros jugadores han puesto mucho corazón, pero poca cabeza.

Sin ser a vida o muerte, porque afortunadamente el calendario nos ofrece otras trece opciones para poder reaccionar, el partido si era decisivo para poder coger aire clasificatorio y afrontar los siguientes partidos con otro talante. Sin embargo, dejando el resto de condicionantes a un lado, que a nuestro equipo no hay cosa que peor le vaya que portar ante cualquier cita la vitola de favorito. En vez de coger aire, el Athletic se ha ahogado en su propia impotencia, pese a terminar jugando casi como cuando no había trenes con un 3-2-5 e incluso con la presencia en el tramo final de Amorebieta en tareas ofensivas. La acumulación de jugadores no se ha traducido en ocasiones claras de gol, si exceptuamos los tramos iniciales de ambos períodos. Enfrente un Nàstic que se ha limitado a mostrarse férreo en defensa y tremendamente resolutivo en ataque.

La dinámica del partido ha quedado reflejada desde el principio: ataque local y defensa visitante, como si de un frontón se tratara. Por eso un gol en los primeros compases hubiera sido como frotar la lámpara maravillosa. Sarriegi ha tenido su opción en el minuto 5, pero ha disparado fuera a la salida de un corner. Iraola se ha topado con un defensa en un fuerte lanzamiento de falta en el 17 y todo indicaba que de mejorar la resolución en jugadas de estrategia el Athletic podía ponerse por delante en cualquier momento.

Sin embargo, con el mismo esquema que ante el Getafe, a nuestro equipo le faltaba concreción en los pases desde las bandas y pese al apoyo de una grada que ha vuelto a poner el ‘no hay billetes’ en las taquillas de San Mamés, el universo del nerviosismo colectivo ha ido paulatinamente tomando forma simplemente con que Rubén Castro rematara desviado en el minuto 24 y qué decir cuando Portillo ha culminado por el centro un contragolpe relativamente fácil en el minuto 36. Con el 0-1 se han encendido las luces rojas de alarma y así han permanecido hasta el final. El lector podrá echar en falta opciones locales, pero sólo se puede apuntar un cabezazo alto de Urzaiz en el minuto 42.

La segunda mitad ha sido un calco de la primera, al menos en sus inicios en cuanto a opciones y del resto, en cuanto a que el Athletic ha mostrado mucho corazón y poca cabeza ante un equipo que traspasando dos o tres veces el centro del campo con claridad y le ha metido otro gol. Tenemos además el agravante: desde el minuto 54 contaba con un jugador menos tras la expulsión de Mingo por doble cartulina amarilla.

Enseguida Matellán ha reemplazado a Rubén Castro y el Nàstic se ha atrincherado aún más dificultando así un ataque que ya era espeso de por sí y ha sabido defender con solvencia todos los balones elevados sobre su área.

Antes de la expulsión el Athletic había dejado pinceladas ilusionantes con tres ocasiones en pocos minutos. En el 46 Casas ha rematado alto por poco desde fuera del área, en el 49 Sarriegi, de nuevo a la salida de un corner, se ha librado de un defensa pero su chut ha rebotado en Bizzarri y en el 52 Aduriz ha rematado arriba, forzado y de cabeza, una dejada de Urzaiz.

En el descanso Mané había dejado en la caseta a Yeste, la ‘diana’ de la grada en el día de ayer, y con la entrada de Javi Martínez pretendía reforzar el centro del campo.
Tras el arreón inicial en el que equipo y afición se han reencontrado, la cosa ha ido perdiendo gas. Los rojiblancos, como la lluvia y el descenso de temperatura en la tarde de hoy, llegaban tarde a casi todo. A los balones decisivos, a los centros al área, a las coberturas… y para colmo ha bastado una jugada elaborada del rival para que Pinilla rematara de cabeza completamente solo a la red en el minuto 71.

El Athletic ha tenido la posesión del balón en términos aplastantes, pero no ha sabido qué hacer con él, como crear peligro y superioridades claras pese a todos los cambios de esquema habidos y por haber. Etxeberria ha reemplazado a Casas en el minuto 57 y Gabilondo se ha colocado en el lateral zurdo. En el minuto 74 Llorente ha entrado por Gabilondo, pasando Expósito al lateral izquierdo e Iraola al diestro. No cabían ya más delanteros en el campo y además Amorebieta se sumaba a la línea atacante con tanta frecuencia como pundonor reconocido desde las tribunas. Pese a todo la cosecha ha sido muy escasa para tanta siembra: un gol anulado a Aduriz por falta previa de Amorebieta a Bizzarri, el propio Aduriz ha rematado raso pero suave a las manos de Bizzarri en el minuto 63, en el 81 Llorente ha rematado de cabeza fuera y a renglón seguido Aduriz ha rematado en buena dirección, pero el lanzamiento ha rebotado en el cuerpo de un defensa, lo más probable de antemano ante tamaña acumulación de rivales en el área.

¿Y el Gimnàstic? Queda dicho y ahí están los vídeos para corroborarlo que ha sido capaz de sacar petróleo a sus incursiones, sobre todo en la segunda mitad, e incluso Irurzun ha tenido su opción en el último tramo, pero su volea ha regresado al lugar donde partía el centro. Habría sido excesivo un tercer tanto. Eso sí, la celebración de sus 17 puntos y la fe que aún mantienen en la salvación debieran servirnos al menos de referencia para afrontar la recta final del campeonato.

Al final el cabreo de una parte del público y los aplausos de la otra. La reacción dual que se produce cuando un resultado chafa las esperanzas previas, la mezcla entre la rabia, la preocupación y la esperanza en que las cosas se harán (y saldrán) mejor en los partidos que faltan.

Es momento de unir fuerzas y apretar los dientes, no hay otra que volver a referirnos a lo mencionado semanas atrás. Sumar voluntades, aunque sea para pelear por lo retos a cara o cruz que nos depara el fútbol en particular y el deporte en general. En las gradas no va a fallar nadie y vamos a seguir como hasta ahora, apoyando al equipo hasta que concluya el choque, tiñendo San Mamés de rojiblanco como hoy, pero en el campo es obvio que urge una corrección para volver a la senda positiva.