Athletic Club - Deportivo Alavés

Era la noche de Iñaki Williams y el Athletic no podía fallar. Era el partido señalado, el derbi ante el Deportivo Alavés, en el que la pantera rojiblanca daba la vuelta a Europa con su récord de partidos consecutivos en LaLiga (203), batiendo al realista Juan Antonio Larrañaga. Un delantero siempre dispuesto a aportar energía, desmarque y velocidad. Los leones ganaron con un cabezazo de Raúl García a medido centro de Lekue. La celebración del navarro con su pareja de ataque estaba cargada de simbolismo y agradecimiento.

El gol de la noche en que San Mamés rugió como antaño, ya con 30.000 espectadores, llegó en el minuto 44. Una acción proveniente de un córner en corto, el bendito balón parado al que los leones de Marcelino están sacando chispas. Raúl García, con un cabezazo a plomo al segundo palo, se redimió del penalti que le había parado en el minuto 7 Pacheco, una pena máxima por mano de Ximo Navarro a cabezazo de Vivian que el VAR corrigió.

El Athletic tuvo paciencia para desarmar a un Deportivo Alavés al que la falta de puntos ha llevado a revisar su manual. Pertrechado atrás, aguardó media noche el fallo rojiblanco, que no llegó. Iñigo Martínez y Vivian, dos colosos en los córners, tuvieron antes de cabeza el 1-0. Como Iker Muniain, a quien le faltaron centímetros para poner el sello a una gran acción entre Dani García y Lekue, que ya hacía méritos para ser el asistente del gol. Y terminó llegando para delirio de un San Mamés entregado.

El Alavés, que apenas había asustado con algún balón parado, metió a Joselu. A los de Marcelino les bastó el orden defensivo para guardar tres puntos de oro con los que marcharse al parón. Iñaki Williams buscó redondear su noche con dos zurdazos, pero se cruzaron Pacheco y Miazga. Había cierto recelo a perder dos puntos en el descuento, pero sólo un disparo de Pellistri fue en dirección a Simón. Triunfo de oro en el derbi y a cargar las pilas en un parón injusto por el aplazamiento del clásico ante el Real Madrid.