Athletic Club - Valencia CF

San Mamés lo celebró a lo grande. Un triunfo justo ante un difícil Valencia CF, con un gol de Berenguer al filo del descanso, y dosis de intriga final por lo estrecho del resultado. Con esta afición, con este equipo decidido, el Athletic Club va a ser un duro hueso en casa. La nueva grada y el resto del campo, por contagio, jugarán un papel importante a la hora de construir un fortín. La comunión está en marcha. 43.417 espectadores y subiendo.

Berenguer, que estrelló ante Mamardashvili la primera gran ocasión del encuentro, resultaría clave en la victoria. Es animoso a la hora de chutar, probó fortuna en el minuto 42 y cazó pieza. Fue en un robo de balón de Iñaki Williams, entregado todo el partido, murió en su pierna izquierda y Álex marcó. Vino de cine, porque el encuentro estaba difícil, a ida y vuelta. Perdonó Castillejo antes del 1-0 y el Athletic rozó el segundo en dos ocasiones antes del intermedio. Muniain y Willy montaron una gran contra y a Sancet le robaron la gloria. A Iñaki le anularían seguido un gol por fuera de juego.

Los de Valverde se sintieron mejor tras el descanso, con el partido más controlado y en busca de la sentencia, que se sentía muy cerca. Pareció llegar en el 80’, cuando Nico Williams mandó a las mallas un centro de su hermano, pero fue de nuevo en fuera de juego. Hubo un par de contras para sentenciar, pero Maxi Gómez avisó y Marcos André dio un susto final morrocotudo con el tiempo sobrepasado. El Athletic había perdonado justo antes en una oleada de cuatro contra dos que acabó Morcillo.

El equipo se quedó a celebrar la victoria con la grada, una grada que había visto un bonito homenaje inicial a Muniain, con sus hijos, que recibió de manos de Susaeta, el último que había cumplido 500 partidos, junto a Iribar, el número uno. A seguir de Aste Nagusia. Cuatro puntos sin encajar gol y el lunes, a Cádiz.